POBREZA: MUCHOS INTERROGANTES
Germán
Palomo García
La
reciente divulgación de las cifras de pobreza en 2014 produjo muchas reacciones,
la mayoría de incredulidad aunque se reconoce un avance. La pobreza por
ingresos, hoy llamada monetaria, pasó, según el DANE, de 30.6% en 2013 a 28.5%
de la población total. Hay pobreza monetaria cuando un colombiano
económicamente activo no genera un ingreso para cubrir una canasta básica. Aquí
nace un primer interrogante: ¿Cómo se integra la canasta básica?, Normalmente se
considera básica cuando permite consumir 2.100 calorías/día. ¿Puede comprobarse
esto? Además, salir de la pobreza por alcanzar la cobertura de su canasta
básica no puede ser una mejora de la calidad de vida por lo que este logro no
puede satisfacer resultados de ningún gobierno. En cuanto a las cifras,
comparativamente, la pobreza monetaria de Ibagué, por ejemplo, no puede ser
menor que la de Neiva cuando la capital del Tolima por muchos años encabezó el
ranking del desempleo. Neiva muestra 19.9% de pobreza al tiempo que Ibagué
tiene, según el DANE una pobreza de 16.4%, más de tres puntos porcentuales en
favor de los Ibaguereños.
En
economía, siempre se dice, todo es relativo. Por tanto, no es fácil entender
como se mejora en pobreza monetaria cuando el coeficiente de Gini está
estancado en los últimos doce años. Este indicador mide la inequidad por
ingresos. Colombia sigue siendo uno de
los países más desiguales del mundo (junto con Chile y Brasil). Esto significa
que el mejoramiento de los ingresos se queda en pocos bolsillos y estos se
registran con base en promedio de ingresos. El viejo cuento de que entran dos a
un asadero y solo una consume el pollo que compran, en promedio, dos comieron pollo.
Las cifras de pobreza tienen que contrastarse con las de desigualdad y en esta
comparación nos va mal, es decir, no se sostiene la mejora en pobreza.
Finalmente,
el aumento de los programas asistenciales, hoy conocidos como transferencias
condicionadas al estilo Chileno, desvirtúa el avance en la reducción de la
pobreza. La pobreza monetaria solo se reduce con más empleo con ingresos
formales y esto, por las cifras de empleo informal o desempleo disfrazado, no
es lo que está ocurriendo. ¡Ojo, pues con estos cantos de victoria!
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