LA COMPETITIVIDAD SEGÚN SANTOS II
Germán
Palomo García
Hace
dos semanas el presidente Santos presentó su política de competitividad que
denominó Agenda de Competitividad con la que fija su posición respecto a lo que
Colombia debe hacer para mejorar su capacidad para competir en el mercado
ampliado. Hay que decir de entrada que fiel a su visión centralista del
desarrollo sin desconocer los efectos sobre la periferia, el presidente definió
once áreas de gestión encabezadas por la Educación, Ciencia y Tecnología,
Infraestructura y la estabilidad macroeconómica. Al respecto, reiteró el
presidente su trilogía sobre la que descansará su gestión en el segundo tiempo
de su mandato: Paz, Equidad y Educación que resulta sencillo escribirla y
hablar de ella pero muy compleja para realizarla y alcanzar sus objetivos por
la compleja maraña de vasos comunicantes que hay entre sus componentes. Las
otras áreas señaladas por el mandatario son de bulto: Justicia, lucha contra la
corrupción, desarrollo sectorial (especialmente agropecuario e industrial) y
sus esperados efectos en el empleo y los niveles de bienestar y los factores
que hoy analiza Naciones Unidas en su programa Doing Business especialmente las
mejoras en las prácticas de competencia en el sector empresarial y el desempeño
de las instituciones para apoyar estas prácticas.
Resulta
necesario anotar que si bien la política de competitividad del actual gobierno
toca variables comunes a los objetivos que se buscan, la forma en que se llega
a sus logros sí difiere por lo que las regiones deben, desde ya, estar atentas
a reclamar su natural protagonismo sobre todo teniendo en cuenta que la
globalización lleva a que regiones, y no países en todos los casos, mejoren su
competitividad independiente que si sus países lo logran. La infraestructura,
para citar un ejemplo, es una transversalidad en todas las actividades y las
vías de cuarta generación tendrán prioridad como ya se observa. Pero la
infraestructura para las regiones también tiene que entrar a jugar y será
aquella que se ha señalado en las distintas Agendas Internas de Productividad y
Competitividad que desde el 2006 orientan no solo el desarrollo regional sino
el nacional como la sumatoria de aquellas. Pero para esto, los gobernantes
territoriales deben estar atentos a que lo que ha venido plasmándose en los
distintos Planes de Desarrollo departamentales y municipales tenga relación con
la agenda de competitividad de Santos II. Y es que no riñe una visión con la
otra por lo que tenemos con qué exigir nuestra presencia real en el nuevo plan
de desarrollo que ya se empieza a esbozar.