miércoles, 22 de octubre de 2014

VIENDO AL HUILA DESDE EL SUR Germán Palomo García

VIENDO AL HUILA DESDE EL SUR
Germán Palomo García
Regreso a mi tierra y al leer los periódicos de mis días de ausencia me entero de las protestas promovida por Asoquimbo no solo contra el proyecto El Quimbo sino también contra los intentos de contar con Pequeñas Centrales Hidroeléctricas, PCH, como se ha hecho en el pasado (¿Electrohuila se llamó Centrales Eléctricas del Huila, recuerdan?), y el informe de Hidrochina sobre las posibilidades de aprovechamiento de las aguas del Río Magdalena para nuevos proyectos hidroeléctricos. Como siempre ocurre en nuestro suelo, primero nos oponemos y luego nos quejamos en lugar de asumir una actitud proactiva lo cual no implica NO exigir el cumplimiento de los estándares ambientales, fronteras naturales de toda acción productiva. En la distante zona rural de Uruguay, operan dos plantas de generación de energía eléctrica utilizando, en diferentes niveles, cascarilla de arroz, un residuo agroindustrial que aquí tenemos desde hace mucho tiempo pero que nunca hemos usado para estos menesteres. La ERT, Energía Renovable Tacuarembó, en una pequeña ciudad de 40.000 habitantes, utiliza 20% de cascarilla de arroz y 80% de  biomasa forestal (que también tenemos en Caquetá). GALOFER, en la población de Treinta y Tres, utiliza 100% cascarilla de arroz para generar 14 MW de energía, una producción igual a la anterior. GALOFER fue creada por ocho molinos de arroz. La incursión uruguaya en esta energía alternativa es de apenas 12 años y aprendieron de los brasileños y tailandeses y siguen aprendiendo porque la cascarilla de arroz exige un manejo complejo pero, afortunadamente, conocido. El uso de biomasas es una modalidad vieja que aquí, mi primer cuestionamiento, nunca se consideró a pesar de nuestra tradición arrocera. Uruguay está promoviendo también la energía eólica pero no la solar por sus altos costos, según los gerentes entrevistados.
Ahora, con la nueva Ley 1715 de 2014, hay que impulsar energías alternativas utilizando estos desperdicios que se apilan en los molinos y refrescar, con nueva tecnología y dentro de la sostenibilidad ambiental, lo que ya hicimos en el pasado con las pequeñas centrales de energía que no han acabado con los ríos cuando otras actividades sí han representado más amenazas ambientales sin que se haya protestado. Bienvenida la crítica pero constructiva y desapasionada y alejada de intereses particulares de distinta naturaleza. En el tercer simposio internacional de Agroindustria en noviembre próximo mostraremos la experiencia uruguaya directamente por uno de los gerentes visitados.

sábado, 11 de octubre de 2014

EMPRENDIMIENTOS OPITAS Germán Palomo García

EMPRENDIMIENTOS OPITAS
Germán Palomo García
Suelo “descubrir”, en mis viajes al exterior, huilenses que estén realizando actividades empresariales a distinto nivel y en diferentes renglones que demuestren que los emprendimientos que vemos aquí en nuestras fronteras de manera escasa no son una característica del huilense sino un problema del modelo institucional de acompañamiento a las iniciativas emprendedoras y una deficiente infraestructura para promover el empresarismo. Acabo de estar en Buenos Aires, Argentina y en algunas ciudades de Uruguay y encontré un excelente ejemplo de empuje, visión y decisión de hacer empresa fuera de nuestra tierra. Wilson Andrés Bravo es un huilense que hace 10 años decidió probar suerte en Ecuador y en Machala, zona bananera, se dedicó a la venta de muebles puerta a puerta durante cinco años. Su proveedor de entonces decidió incursionar en Argentina y Wilson lo acompañó ubicándose en la provincia de Córdoba. Allí ya lleva cinco años y no solo vende muebles sino que los fabrica. Creó una planta con 9 empleados, incluidos el y su señora Viviana y con esta organización ha incrementado su portafolio de productos y ya incluye muebles de oficina además de la línea hogar. Su expectativa es seguir en Córdoba y, contrario a lo que han hecho algunos de sus compañeros de aventura que se han regresado al Ecuador, el ve un futuro prometedor en Córdoba y en general en La Argentina, donde las cosas no están color de rosa. La inestabilidad del dólar (sube y sube y hace imposible definir precios), el costo de vida y un bienestar en duda podrían parecer suficiente para regresar. Pero, de acuerdo con Wilson, no es la primera vez en cinco años que aparecen estas dificultades y han aprendido a soportarlas asumiendo estrategias para que su negocio siga (reajuste de precios cada tres meses, compras en volumen para mejorar capacidad negociadora, por ejemplo) y ellos continúen en el mercado. Su hija, que nació en Neiva, se educa en la escuela pública argentina, ya se adapta a su entorno sin problemas y con su segunda hija Michelle y su esposa Viviana que es a la vez la contadora de la empresa, son su gran estímulo y apoyo para seguir.
De verdad que estimula esta gestión de un paisano que escasamente adelantó  estudios de secundaria pero que decidió crear empresa en un entorno desconocido pero que cuando se asumen retos antes que amenazas es posible alcanzar las metas.