martes, 28 de julio de 2015

CRISIS DE AUTORIDAD

CRISIS DE AUTORIDAD

Germán Palomo García


Los registros gráficos en los distintos noticieros de televisión confirman, desafortunadamente, que la ciudadanía no respeta a la autoridad, sean patrulleros, agentes de tránsito o policiales de más alto rango. Ni qué decir de las señales de tránsito, especialmente de motociclistas que nunca respetan un semáforo en rojo y tampoco prenden las luces en las noches aumentando los riesgos tanto a peatones como a ellos mismos; tampoco la vida de los congéneres que terminan  violentados o sometidos a vejámenes cuando no a ser asesinados. Hemos visto mujeres en estado de embriaguez lanzando improperios a los representantes de la autoridad; a motociclistas que en lugar de frenar aceleran para que el policía no lo pueda detener y, en no pocos casos, llevándose por delante a quien se atreva a detenerlo, como pasó en Bucaramanga recientemente; y la expresión “¿Usted no sabe quién soy yo”? ha hecho carrera aupada por muchos representantes de la Ley que terminan ordenando liberar a quienes actúan irrespetuosamente. Lo más grave es que estas actitudes se presentan a nivel nacional: Unas veces la noticia viene de Cartagena, Barranquilla y otras de Neiva y Bucaramanga e Ibagué. Otra escena que se ve con frecuencia son las protestas masivas contra ciertas medidas o la aplicación de la justicia por mano propia. ¿Por qué pasa esto? Claro está: La autoridad no se ejerce. Se ha vuelto laxa y permisiva. Cuando esto ocurre, la comunidad percibe que no hay autoridad y que puede hacer lo que quiera sin riesgo de sanción. En las transmisiones de la Copa América, nuestros comentaristas resaltaban el respeto que inspiran los carabineros en Chile, una institución que nunca se atreven a desconocer porque saben que les saldrá caro a quienes lo pretendan. Igual en los Estados Unidos, incluso en España y otros países en donde atentar contra un policial genera cárcel o sanciones ejemplares. ¿Qué hacer? “A Dios rogando y con el mazo dando”. Es común escuchar que la sociedad no tiene cultura ciudadana, que lo público no se valora y tantas otras opiniones que explican pero no justifican. ¡Cuántos recursos no se han destinado a programas para la formación comunitaria! Pero ninguno ha estado orientado a sustituir la autoridad que parece entender que mientras no se alcance esta educación no se puede aplicar la Ley. Así, esperemos más ejemplos lamentables.

miércoles, 15 de julio de 2015

EXCESOS Y FALENCIAS

EXCESOS Y FALENCIAS
Germán Palomo García
Lo ocurrido con El Quimbo a partir del inicio de su llenado da para generar excesos pero también para reconocer falencias cometidas por los negociadores durante el proceso de construcción del proyecto hidroeléctrico. Una de las acusaciones a EMGESA es que no ha construido la vía perimetral para facilitar, obvio, el tránsito en el entorno de la represa. Pero muchos ignoran que la vía reclamada no se ha trazado definitivamente lo cual no tiene explicación después de 26 o más reuniones entre las partes. Esto, por supuesto, facilita el incumplimiento porque, ¿cuál vía se va a construir?  Además, vale preguntar: ¿tuvimos que esperar al inicio del llenado para que el Huila se diera cuenta de que la perimetral no se ha construido? Una vía no se construye en una semana por lo que por lo menos hace  un año ya se sabía que EMGESA no estaba construyendo ninguna vía. Entonces, ¿por qué no se transmitió a la ANLA o a la autoridad competente tal incumplimiento? Es que el otro gran vacío que se nota en la polémica surgida por el llenado del embalse es la disparidad de criterios entre las instancias nacionales que, según parece, son las que definen todo sobre El Quimbo, y lo que la CAM y la propia gobernación reclaman. Protesta el Gobernador Iriarte con razón pero la respuesta nacional es que ningún incumplimiento está reportado en la ANLA o en la Instancia debida. Lo que queda claro en este enojoso asunto es que el Huila negoció mal desde el comienzo de la aprobación de la propuesta de EMGESA y la misma EMGESA administró mal todo el proceso constructivo lo cual trató de remediar con poco éxito. Tal como dice Karrás, el gurú de la negociación, “uno no consigue lo que merece sino lo que negocia”, sentencia que se cumple al pie de la letra y más en este caso. Los pagos que han hecho los constructores confirman que todo se negoció. Los alcaldes también pidieron obras para sus municipios.
Es un exceso lo planteado por los que siempre se han mostrado opuestos radicalmente a El Quimbo. Ya se oponen al proyecto de Pequeña Central Hidroeléctrica, PCH, en Santa María, promovido por la Electrificadora del Huila, el cual es completamente diferente a El Quimbo. Me alegró leer que el profesor Dussán menciona los proyectos de generación de energía con base en biomasa, como una opción clara para el Huila que tiene un potencial de generación de energía que no se puede desconocer.

Aprender a negociar es otra tarea para nosotros antes que esconder la cabeza como los armadillos. 

jueves, 2 de julio de 2015

FOLCLOR, FUERZA Y NEGOCIOS

FOLCLOR,  FUERZA Y NEGOCIOS
Germán Palomo García
Aunque ya no participo directamente de los actos del festival (solo asistí a la muestra artesanal por interés personal para un trabajo que estoy coordinando) sí presencié por TV el desfile folclórico como evento icónico del San Pedro. Y me surgieron muchas inquietudes pues es claro que el concepto folclórico ha sido desvirtuado por varios factores que nada tienen que ver con este que, por tratarse del máximo evento de nuestras fiestas, debe mantener su impronta de arte y folclor autóctonos.
Lo primero que observé fue la presencia de una muestra del ejército nacional con uniformes históricos. ¿Qué tiene esto de folclórico? Comentando con un amigo mi observación, me contó que en el día de los municipios, una semana atrás, la presencia de la policía, con banda y todo, fue muy notoria. No sé qué objetivo tiene el día de los municipios pero imagino que fue tomado como una oportunidad para resaltar la labor de la institución policial tan relacionada con los municipios. ¿Pero, era el escenario adecuado, al igual que la presencia del ejército en el máximo desfile? Dudo que lo sea y lo autóctono debe mantenerse a toda costa. Si nuestras fuerzas armadas quieren mejorar su imagen ante la comunidad son otras las estrategias a aplicar.

Observé también que el interés por comercializar el evento, lo cual no está mal como principio, ha llevado a la presencia de intereses comerciales como la de automóviles y buses de cierta marca y afiliación que, de nuevo, nada tienen de folclor. Bienvenido el apoyo económico pero sin sacrificar el folclor. Al respecto, la queja sobre la venta de los puestos de observación del desfile produjo una reacción generalizada de los espectadores. Alguna vez sugerí que las empresas compraran los palcos o tribunas, colocaran la publicidad como contraprestación y entregaran el acceso gratuito a sus clientes o interesados, una mejor manera de conciliar finanzas y beneficio popular sin afectar el folclor. Pero si se ha permitido esta distorsión es claro que el desorden presentado y que ha sido criticado por expertos nada positivo aporta y desdibuja la muestra de folclor que todos esperan con ansiedad. Estos lunares deben revisarse y eliminarse y las organizaciones culturales deben hacerse sentir y considerar el desfile como suyo. Referentes hay para seguir como el carnaval de Barranquilla y el de Río de Janeiro. Dinero y folclor no riñen si cada uno hace su papel sin acabar con el otro.