NUESTRO FESTIVAL
Germán Palomo García
Una nueva versión de nuestra fiesta
folclórica, la número 52, ya está realizándose y este diario entrevistó a
varios huilenses representativos del pensamiento comarcal y con visión global
quienes identificaron lo bueno y lo malo de las fiestas. Me tomo la libertad de
contribuir al debate que es necesario pues el San Pedro hace rato requiere
reformas en varios frentes y Neiva resolver las enormes dificultades de
movilidad que cada año enfrenta a pesar de la buena decisión de mantener la
avenida circunvalar como área de desfiles. Una reforma urgente es la de la
organización. Hace muchos años propuse la creación de una sociedad, Bambuco
S.A., para organizar las fiestas y mantenerse en actividad durante todo el año
y no como sigue haciéndose que, por cuenta de los gobiernos municipal de Neiva
y departamental se distribuyen las responsabilidades pero no con pocas
dificultades. Esta idea debe cobrar más fuerza ahora que las regalías se han
nacionalizado y los aportes para la temporada ya no serán del mismo nivel que
tradicionalmente ha mantenido. Bueno sería conocer como se han financiado las
fiestas este año y, a partir de allí, estructurar el ente sugerido.
Un cambio fundamental de nuestras
fiestas es el de preservar la tradición. En este sentido, las fiestas están
amenazadas por el vallenato, los mariachis, el regetón y otros ritmos. Nuestro
cuento es el Sanjuanero y los eventos que se derivan de su interpretación en
música y danza. Lo que aún se programa, que es importante pero puede ser más,
no se destaca como sí se promociona más el cantante mexicano y los de fuera que
nada tienen que ver con nuestro folclor. Enfrentar esta realidad lleva a
reprogramar los diferentes actos especialmente los desfiles que se han vuelto rutinarios,
nada innovadores en un frente que puede ofrecer cosas más interesantes. En este
sentido, destaco la participación de los niños y jóvenes en estas fiestas. Ya
llevar a los niños con el traje típico es un gasto obligatorio en muchos
hogares de todos los estratos y esto es excelente en un mundo globalizado que
exige reafirmación de raíces, principios y valores desde el hogar. Esto, al
mismo tiempo, exige cambios.
El otro factor a analizar es la
duración de las fiestas. Son las más largas del país y esto no es bueno ni
económica ni socialmente así se piense que el beneficio comercial es mayor.
¡Felices fiestas!