viernes, 14 de marzo de 2014

DE HERENCIAS Y MERMELADAS Germán Palomo García

DE HERENCIAS Y MERMELADAS
Germán Palomo García
Los resultados preliminares de la jornada electoral del pasado domingo para la elección del nuevo Congreso son, en su mayoría, desalentadores en cuanto a la esperada renovación política. Por el contrario, en la justa de ayer se oficializaron algunas herencias que ya venían, de alguna manera, ejerciéndose especialmente en los departamentos de la Costa Atlántica, Boyacá, Antioquia y Santander. Lo grave no son las herencias sino su procedencia pues la mayoría de sus forjadores están presos o inhabilitados o afrontan investigaciones por parapolítica o son reconocidos receptores de auxilios gubernamentales y otros cuestionamientos que le quitan transparencia a estos relevos que, con seguridad, no serán tales pues, tras bambalinas, los troncos familiares seguirán gobernando lo que equivale a decir que seguirán ejerciendo su poder con los mismos resultados y, de paso, contaminando a sus herederos que resultarán excelentes alumnos de unos malísimos maestros.
Otro resultado lamentable fue la confirmación de que la mermelada repartida por el gobierno funcionó empujando a los partidos de gobierno, al conservador y al liberal a los primeros sitios; y en menor escala a Cambio Radical. Los casos mencionados en los días anteriores a las elecciones sobre los famosos cupos indicativos se tradujeron en importante caudal de votos pero también en un nuevo apelativo: Los mermelados, que empiezan a ser señalados como beneficiarios de las viejas formas de hacer política que se creían ya superadas. Estos dos hechos conducen a una necesaria pregunta: Porqué nuestra sociedad se muestra tan insensible a estos gravísimos comportamientos hasta el punto de continuar apoyando a quienes resultan beneficiados con semejantes herencias o fundamentan su poder político en los recursos del Estado? Esto equivale a dar asiento en la sociedad colombiana a quienes nos han esquilmado disponiendo de nuestros impuestos para engrosar sus presupuestos personales. Por algo así el narcotráfico se entronizó en el país porque sus protagonistas resultaron admirados como la mejor expresión de la malicia indígena. Así, es poco lo que podemos esperar en una sociedad que está urgida de cambios reales pero que hace muy poco por lograrlos y mucho por mantener lo que nos aleja del bienestar así pregonemos que lo buscamos.

sábado, 8 de marzo de 2014

INFORMALIDAD Y TASA DE DESEMPLEO Germán Palomo García

INFORMALIDAD Y TASA DE DESEMPLEO
Germán Palomo García
La reducción de la tasa de desempleo que volvió a los dos dígitos durante el pasado mes de Enero, 11%, pero que confirma la tendencia decreciente de los últimos años, debe contrastarse obligatoriamente con la tasa de informalidad, es decir, con el empleo que realizan los colombianos por fuera de los mínimos servicios de salud y prestacionales y, por supuesto sin contrato laboral alguno. Aunque, de acuerdo con el DANE, la informalidad del país bajó del 68% al 64%, la cifra más alta de América Latina e incluye, por primera vez, al sector agropecuario que es el que mayor informalidad presenta. Esta realidad siempre había permanecido escondida por los datos de informalidad urbana; Pero, para citar un ejemplo, así como la diferencia en la tasa de desempleo entre Neiva y el Huila es de tres puntos porcentuales a favor del departamento, la informalidad en el campo es mayor por cuanto los dedicados a las labores agrícolas y pecuarias no salen al mercado a solicitar empleo que es el recurso estadístico que utiliza el DANE para calificar como desempleado al que no lo obtiene. Para un agricultor, su familia es fuerza de trabajo que le reduce la exigencia de desembolsar pagos a terceros pero limita el futuro de la misma especialmente en términos educacionales. Sin embargo, la informalidad se ve más en las calles, andenes y parques de las ciudades. En Neiva, ahora mismo, estamos presenciando los altos niveles de informalidad alrededor de la Plaza Cívica por el desplazamiento de los vendedores informales que insisten en aprovechar el sesgo mental de los neivanos de creer que aún existe allí la vieja plaza de mercado. Los separadores de la carrera segunda entre la calle quinta y la octava se han convertido en la “avenida de los cachipaes” con su color característico en abierta invasión del espacio público pero, al parecer, aceptada por la administración municipal como un problema menor. También en la ya tradicional peatonal de la quinta, la carrera tercera, en fin, el problema que siempre se plantea erradicar pero que resulta triunfante cada vez.
Celebro, entonces, que se incluya al sector agropecuario en las estadísticas de la informalidad y se muestre con amplitud la realidad del empleo, sobre todo en momentos electorales para que los aspirantes al Congreso conozcan la realidad.