jueves, 31 de diciembre de 2009

EL 2010 QUE SE NOS VINO

El año económico que ya se nos vino tendrá un mejor desempeño pero no suficiente para superar definitivamente la crisis que en este 2009 nos golpeó duramente. La percepción de los analistas es que el crecimiento del PIB va a estar alrededor del 2%, aunque algunos lo ubican más cercano al 1.5%. En ambos casos, el desempeño será mediocre cuando la exigencia es superior al 4% por el lastre que se ha creado en estos dos años, 2008 -2009. Esto ya se vivió en la crisis de finales de los noventas cuando, por cinco años, las cifras fueron negativas y después tuvimos que crecer al 7.6%, la mayor cifra lograda en 2007. Un alivio será la tasa de inflación que se espera crezca 3%, un resultado excelente en un país acostumbrado a ajustes generales de precios superiores. La preocupación vendrá por la tasa de desempleo que se mantendrá en dos dígitos y cercana al 13.5% que es la cifra de cierre de este 2009 en el que mantuvo su tendencia creciente. En el plano sectorial, el sector industrial, el mayor empleador en las grandes ciudades, seguirá en dificultades por las pésimas relaciones con Venezuela que no muestran mejoría por ningún lado y la lenta captura de nuevos mercados a pesar de la manito que le está dando la Unión Europea con el banano y los aportes para la obtención de certificados de calidad, muy exigentes en ese mercado. Afortunadamente, la minería y la construcción seguirán a buen ritmo.
En el frente fiscal aparecen nubarrones preocupantes. La reforma tributaria, ya aprobada y que volvió permanente el impuesto al patrimonio y redujo los beneficios para las zonas francas se complementará con las decisiones sobre la atención a la emergencia social para resolver la crisis del sistema de la salud que creará más impuestos para licores, cervezas y tabaco y nuevas rentas no identificadas aún para que la Nación asuma los gastos No POS, que abrió una tronera de un billón de pesos que los entes territoriales ya declararon su imposibilidad para pagar. En la forma en que se atienda este frente se definirá el entorno macroeconómico para el 2010 y su comportamiento final.
En el caso del Huila, la inversión en El Quimbo, la ejecución de las tres obras viales para la competitividad, los planes de vivienda denominados macro proyectos, y el buen comportamiento del sector de la construcción gracias a la tasa compensada del gobierno y la realización de los inventarios que ya debe promover nuevas construcciones darán la pauta en el campo económico departamental. Queda una incógnita: Podremos realizar algo en zonas francas? Se que hay un estudio en ciernes y ojalá se concrete pero al paso que vamos, es muy probable que su impacto no se sienta en este 2010.
Un feliz Año a todos ustedes y espero estar garrapiñando estas notas en el 2010, con la anuencia de este periodo y la de mis lectores!

sábado, 26 de diciembre de 2009

!SALUDOS DE NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO 2010!

A TODOS MIS SEGUIDORES, REITERO MI SALUDO DE NAVIDAD Y MI DESEO POR UN 2010 LLENO DE ÉXITOS Y QUE PODAMOS VER UN HUILA DIFERENTE POR LA ACCIÓN DE TODOS Y NO MÁS DE LO MISMO POR EL QUERER DE UNOS POCOS Y LA INDIFERENCIA DE MUCHOS

REGALOS NO GRATOS

De la fría zona nórdica, donde la tradición ubica el hogar de Papá Noel y desde donde sale cargado de regalos para todo el mundo, la humanidad recibió uno no muy grato envuelto en un vergonzoso acuerdo entre 100 países que asistieron a la cumbre sobre el Cambio Climático que por casi tres semanas copó la atención del Planeta que sigue soportando los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero, las sequías, la contaminación de los recursos hídricos, la desertificación, todo ello producido por el ser humano por la aplicación de modelos de producción no sostenibles. Por encima de ella los mandatarios, particularmente los de los países desarrollados, dueños de la tecnología y de los mayores mercados en prácticamente todos los renglones, mantuvieron su posición de no aceptar compromisos concretos expresados en cifras de reducción gradual de las emisiones como tampoco algún control sobre sus modelos productivos, lo cual prácticamente relega el concepto de sostenibilidad a una interpretación particular por debajo de los intereses de los poderosos. Esta posición ya la había asumido los propios Estados Unidos frente al protocolo de Kyoto que se ha negado a firmar. El gélido acuerdo logrado, que es más una promesa que no se cumplirá, es una clara derrota para Obama quien no pudo estrenar su Nobel de Paz en beneficio de la humanidad, lo cual no es tan grave como lo que representa para la humanidad.
Queda un recurso que dependerá de cada uno de nosotros y es el de promover un comportamiento distinto en nuestro entorno ambiental inmediato. En el caso del Huila tenemos que asumir con decisión modificar nuestros sistemas productivos no amigables con el ambiente, acelerar la reforestación mediante las plantaciones industriales aprovechando la nueva ley de reforestación comercial que acaba con la explotación de los bosques naturales. Así, lograremos un corazón verde. Si los demás habitantes en todas las regiones del mundo hacen lo mismo, la sumatoria nos llevará a lo que en Copenhague no quisieron los “líderes”: Impedir un suicidio colectivo que es el que lentamente estamos construyendo.
Vienen otros regalos no gratos: La carga impositiva que empezó ya con la nueva reforma tributaria que volvió permanente el impuesto al patrimonio. Una vez se defina por Decreto el nuevo salario mínimo que rondará el 3%, si el presidente en plan reeleccionista no decide otra cosa (como los ingresos adicionales ridículos a cada municipio para pequeñas obras con el fin de atacar el desempleo), vendrá la cascada de alzas que anularán el aumento acordado marcando el inicio de la famosa “cuesta de Enero”. Pero seguiremos con la fe del carbonero esperando un Huila mejor que lo será en la medida en que nosotros mismos lo construyamos. ¡Feliz Navidad a todos mis lectores y gracias por dedicar su tiempo a mis escasos aportes!

MENSAJES DESDE DUBAI

La reciente declaratoria de suspensión de pago de su deuda externa por DUBAI, uno de los Emiratos Árabes Unidos, que puso a temblar al mundo financiero, muy sensible a estos descalabros después de la quiebra de Lehmann Brothers que dio inicio a la actual crisis financiera mundial nos da, en realidad, muchas lecciones, incluso a nosotros los huilenses, ¡quien lo creyera! Todos hemos visto los mensajes por internet que dan cuenta del cambio espectacular de Dubai: El único hotel siete estrellas, las islas en forma de palmera construidas artificialmente, los rascacielos que nacen de la noche a la mañana, la versión árabe de Disneylandia, la creación de una estación de invierno en plena aridez del desierto, en fin, la opulencia en grado sumo. Lo que nadie se preguntaba era de dónde salía el dinero para semejantes excesos versallescos porque se daba por descontado que el petróleo era la fuente principal. Y el argumento para todo esto era simple: Dubai no puede depender eternamente del petróleo porque este es una fuente no renovable y cuando se agote (que según estudios empezará a declinar en el 2017) el país debe tener una infraestructura que atraiga la inversión y mantenga los niveles de vida alcanzados. Lo que no se sabía era que Dubai estaba acumulando deuda a través de una corporación Estatal pero con capital independiente encargada de todas estas transformaciones como única inversionista en lugar de atraer a otros inversionistas como es tradicional en todo el mundo. Con esto, lo que atrajo Dubai fue contratistas, no inversionistas y semejante modelo tenía que reventar. Los mensajes: 1.- Sí hay que tener el don de la anticipación para reaccionar oportunamente sobre todo, como nos pasa aquí en el Huila, cuando con suficiente margen nos están diciendo que las regalías del petróleo en corto tiempo empezarán a declinar (2013, en nuestro caso). 2.- Pero el Estado no está obligado a ser el único inversionista aunque sí el líder que señala el camino para una nueva base productiva menos, mucho menos, dependiente de las regalías. 3.- Hay que atraer inversionistas, no contratistas y el sector privado tiene que fortalecer su posición como protagonista de la gestión económica y empresarial en los sectores en los que su presencia es insustituible aunque puede complementarse con otros recursos, incluso de cooperación internacional. Hasta ahora lo que se ve en nuestro departamento es una exagerada injerencia del sector público a nivel territorial que reemplaza la iniciativa privada quedando esta relegada a la espera de que sea el recurso público el que “salve la papeleta”, olvidándose de leer el entorno lo que sí hacen los que vienen de fuera sin las costumbres que hemos acumulado en nuestra propia parroquia. No se puede olvidar, como parece empezar a vivirlo Dubai, que el fracaso no conoce de solidaridad.