OTRA PAZ QUE
TENEMOS QUE ALCANZAR
Germán Palomo García
Así como en Colombia el presidente Santos ha
comunicado al país el inicio de un nuevo intento por alcanzar la paz, la cual
ha sido esquiva en otras oportunidades, lo que no le quita al gobierno el
derecho a intentarlo una vez más, a nivel mundial se está adelantando otra
guerra (comercial) que toca con todo el planeta y que requiere también una
solución, una paz por el bien de toda la humanidad. Me refiero a la guerra entre
la China y Europa y los Estados Unidos por frenar el avance Chino en la
fabricación de paneles solares para masificar el uso de energía solar y reducir
el consumo de combustibles fósiles causante del fenómeno llamado Cambio
Climático y que hoy, con el fenómeno del niño, estamos soportando fuertemente.
De acuerdo con AVAAZ, una red global de campañas en
la Internet, el 20% de la electricidad del mundo ya está siendo producida por
energía renovable, un resultado en el que China tiene mucho que ver pues ha
invertido miles de millones de dólares para abaratar el uso de la energía
solar. Pero en
lugar de competir, la Unión Europea y
EE.UU quieren imponer aranceles a los paneles solares chinos para
encarecerlos y evitar el desplome en el consumo de los combustibles fósiles causantes
del cambio climático pero un gran soporte económico para estos países. Por esto, EE.UU. y Europa conceden subsidios
públicos multimillonarios a las industrias petroleras y carboneras, los que
sumados a los aranceles que quieren imponer a los paneles solares chinos
elevarán el costo de la energía solar lo que, según Avaaz, podría frenar en seco la revolución de las
energías limpias.
Es claro que como toda guerra comercial hay muchos
intereses en juego y China no es una “perita en dulce” en materia comercial
pero en este caso el tema supera lo comercial pues lo que está en juego es el
futuro de la humanidad. Si no damos un giro hacia la mayor participación de las
energías limpias, estaríamos alentando un suicidio colectivo en el que todos
debemos estar muy conscientes de no alentarlo. Por el contrario, todos los
países tienen que invertir fuertemente en energías limpias. No hay alternativas
y la verdadera paz se encuentra aquí.