miércoles, 9 de abril de 2014

POLÍTICA SOCIAL PERVERSA Germán Palomo García

POLÍTICA SOCIAL PERVERSA
Germán Palomo García

A raíz de la información insistente sobre los avances sociales y económicos del país durante el gobierno Santos que resultan más una publicidad propia para apalancar su aspiración reeleccionista, nada se ha dicho sobre el efecto del asistencialismo en la reducción de la pobreza incrementado hace rato por los programas como Familias en Acción, Familias Guardabosques, régimen subsidiado en el que se inscriben quienes no cumplen con los requisitos para acceder a sus beneficios y otros que, si bien trasladan ingresos a las familias beneficiarias, perpetúan la pobreza y la convierten en un buen negocio. Sin duda, ser pobre resulta un buen negocio en este país por los beneficios que se obtienen. Sin embargo, el invento no es colombiano sino una política muy aplicada en nuestro concierto latinoamericano. Precisamente, Inmediatamente tras asumir la Presidencia de Chile por segunda vez, Michelle Bachelet anunció la primera de sus medidas: el envío al Congreso del proyecto de ley que crea el "Aporte permanente de marzo, denominado “Bono Marzo” y la restitución del “Bono Invierno", mecanismos asistencialistas aplicados por todos los presidentes del país austral. Sin embargo, vale decir que de los últimos cuatro presidentes (desde Ricardo Lagos hasta el segundo periodo de la Bachelet) la actual presidenta es la que más inversiones asistencialistas realizó en su primera presidencia: 407.907 millones de pesos chilenos (570.7 millones de dólares aprox.).
Esta iniciativa ha despertado de nuevo, mucho resquemor en un país que muestra un importante éxito económico porque, al igual que en Colombia, se ha demostrado que hay otras iniciativas mucho más efectivas para atacar la pobreza y mejorar la calidad de vida sin crear una dependencia perversa de los recursos públicos. A manera de ejemplo, la capacitación laboral y los programas que facilitan el acceso de la mujer al mercado laboral son mucho más eficientes sin generar esa dependencia inconveniente.
Vale la pena entonces, que en plena campaña se planteen propuestas que inviten a mejorar los niveles de bienestar con mayor participación de todos y no señalando que algunos hagan el esfuerzo mientras otros esperan que les reconozcan su condición de pobres. Así resultará un mejor reto y con seguridad, un mejor resultado.

NEIVA CONGESTIONADA Germán Palomo García

NEIVA CONGESTIONADA
Germán Palomo García
En esta semana se abre en Medellín el séptimo Foro Urbano Mundial que resulta un excelente contexto para plantear lo que se está viviendo en Neiva, nuestra querida ciudad. No pretendo comparar lo incomparable contrastando a la capital opita con las ciudades líderes como conglomerados urbanos en el mundo pero sí llamar la atención sobre lo que debemos hacer para mejorar significativamente en tres factores que definen la calidad de vida y que no hemos priorizado. Hoy me referiré al que considero clave: La infraestructura. En materia vial nos hemos quedado muy  atrás. El pasado domingo, por ejemplo, se realizó una competencia de motociclismo en los alrededores del estadio de fútbol y la congestión que se formó fue impresionante en las principales vías hacia el norte, oriente y sur; demostración de que Neiva no tiene vías alternas, pero se desconoce al momento de dar permiso para esas competencias. Lo que menos espera uno es un domingo con stress, pero sigue pasando en Neiva. Los nuevos proyectos urbanísticos están congestionando las zonas de desarrollo urbano. Buganviles o la calle octava hacia el oriente ya generan caos vehicular y hacen pensar en un “pico y placa” muy pronto lo cual resultaría inaceptable en una ciudad de escasos 400.000 habitantes y una muy fácil solución que sería, en realidad, un aplazamiento del problema. A esto hay que sumarle la mala programación de la semaforización que prioriza los cruces a la izquierda e impide que en las dobles calzadas no se realice simultáneamente el flujo en doble sentido congestionando de manera importante el tráfico. Los invito a verificar esto en el semáforo frente al campo de fútbol en Buganviles, o en la segunda con Ave. La Toma, en la cuarta con La Toma, y hay muchos más. Y esto que no me refiero a las motos que han congestionado en exceso el tráfico, el parqueo en restaurantes y supermercados a lo largo de las avenidas y tanta mala conducta ciudadana que solo provoca mala calidad de vida.
Vale la pena dedicarle tiempo a estas realidades porque la lógica de las iniciativas para la competitividad termina en una mejor calidad de vida. Y en esto, seguimos como el cangrejo.

CIFRAS ELECTORERAS Germán Palomo García

CIFRAS ELECTORERAS
Germán Palomo García
Es claro que la economía colombiana muestra un comportamiento mejor que en años anteriores. La última cifra de crecimiento del PIB, 4.3% en el 2013, superó el 4% del 2012 pero fue inferior al 6.6% del 2011. Con esto, quiero decir que las cifras de aumento del PIB deben analizarse teniendo en cuenta el arrastre que se trae de los comportamientos anteriores pues, aunque son crecimientos, no son lo suficientemente altos para superar los atrasos de años anteriores. En la ortodoxia económica se enseña que la economía debe crecer, de manera persistente, al doble de lo que crece la población.  Así, el PIB debería crecer al 8-10%, lo cual nunca se ha logrado.
Con estas realidades, el gobierno Santos, que está en campaña releccionista, publicita su gestión con números impresionantes como que 2.5 millones de personas dejaron la pobreza en los cuatro años de su periodo y, de estos, 820.000 lo hicieron en el último año (410.000 campesinos, que en época electorera no dejan de ser mencionados). Dejar la pobreza, en términos estadísticos, es ganar más de 206.000 pesos mensuales si hace parte de una familia de cuatro personas. Si ganar el mínimo (casi 700.000 con subsidio de transporte) no garantiza un adecuado nivel de vida, no podemos cantar victoria como pretende el candidato presidente. Además, revisando solo la cifra de pobreza de Neiva, publicada por El Tiempo el sábado 22 de Marzo, 22.9% en 2013, la cifra es claramente cuestionable. Cuestionamiento que proviene de la tasa de desigualdad, indicador que se mantuvo estático en los dos últimos años en 0,53 (en el 2009 fue 0,55). Con esto hay que decir que los ingresos han aumentado, el desempleo ha disminuido pero los resultados no se irrigan a toda la población. Es el viejo cuento de los dos que llegan a comprar un pollo que solo se come uno de ellos pero, estadísticamente, 50% del mismo lo consumió cada uno. En cuanto al desempleo, su tendencia descendente debe contrastarse con el subempleo o el empleo informal que, especialmente en las capitales de departamento supera el 40%. No pretendo ser aguafiestas sino llevar a interpretar los logros con sensatez y sin triunfalismos para no perder el rumbo de lo que debemos hacer que es mucho no solo en cuanto a pobreza (siguen 14 millones de pobres según el propio gobierno) sino en alcanzar los niveles de competitividad que será lo único que nos dará bienestar.