PASAN COSAS…
Germán
Palomo García
Asistí
a la entrega de certificados de capacitación en emprendimiento de un grupo de
beneficiarios del proyecto El Quimbo que no solo recibieron la formación del
SENA, gran aliado, sino capital semilla entre 25 y 45 millones para sus
proyectos agroindustriales. A Quienes quieren ver solo problemas en El Quimbo
les parecerá muy poca compensación frente a la problemática que ha generado la
hidroeléctrica. Pero el evento sirvió para destacar varios ejemplos de actitud
positiva emprendiendo proyectos, en algunos casos, partiendo de cero. Personas
que con escaso conocimiento y recursos de capital pero con una visión clara de
lo que se puede hacer frente a cambios importantes no solo en su entorno
inmediato sino en sus propias vidas. Fue alentador ver expositores de productos
líderes en nuestra economía como frutales, cacao, cereales todos ellos con
valor agregado que es una exigencia para el sector primario y que,
lamentablemente, aún nos cuesta trabajo entender. Artesanos que hoy muestran su
arte con más solidez y enfoque comercial entendiendo que las artesanías son una
opción clara en la zona de influencia de El Quimbo, el sur de Colombia y, por
supuesto, el Huila y el país.
En
términos generales, 53.000 millones se han entregado a 1.955 beneficiarios que
han puesto en producción 629 hectáreas además de mejorar sus viviendas y su
calidad de vida suma importante y adicional a los recursos ya entregados en las
negociaciones de los predios afectados por el embalse.
Estoy
de acuerdo en que pudo lograrse mucho más pero no podemos culpar a Emgesa. La
culpa es nuestra que fieles a nuestro comportamiento de ser reactivos y no
proactivos esperamos a que todo se consuma para ver logros antes que
planificarlos y ejecutarlos. Precisamente, una foto que publicó este diario a
un gran arrume de madera sobre la vía central en el trayecto Garzón-Gigante me
llevó a lamentarme por no tener una generadora de energía a partir de biomasa
vegetal y forestal como dos que vi en Uruguay y que producen 14 MW cada una con
cascarilla de arroz y troncos como los que mostró la fotografía. Claro, en
Uruguay hay plantaciones industriales y aquí proviene de la necesaria limpieza
del área del embalse para evitar descomposición. Pero sabíamos que eso iba a
pasar y no nos preparamos. Lo mismo está pasando con el aprovechamiento del
segundo embalse. Estamos esperando a que se llene para ponernos a pensar cómo
aprovecharlo en lugar de estar promoviendo actividades turísticas desde ya. Es
decir, seguimos en las mismas.
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