RELACIONES
EEUU CUBA: PRIMER PASO PARA PONER FIN AL BLOQUEO ECONÓMICO.-
55 años se tardó
Estados Unidos para entender que el bloqueo económico a Cuba nunca sería un
éxito como mecanismo de presión para obligar al régimen Castrista a doblar la
cabeza y menos para derrocarlo. Su eliminación, cuyo primer paso fue dado por Raúl
Castro y Barack Obama, se convirtió en un regalazo de navidad para el mundo
siendo la noticia del año 2014 que acaba de fenecer. El Economista Germán
Palomo García, quien como Cónsul de Colombia en Moscú conoció de cerca el
modelo de negociación de la antigua Unión Soviética y antes como ejecutivo de
una multinacional norteamericana padeció las limitaciones del bloqueo a Cuba,
analiza lo ocurrido y lo que vendrá después de esta histórica decisión.
EL
SOPORTE DE LA URSS A CUBA
A juzgar por las declaraciones
iniciales de Fidel Castro en las Naciones Unidas (¡No soy comunista…!) la obtusa posición de los gringos lo llevó a
los brazos de la desaparecida Unión Soviética que vio en esta decisión una gran
oportunidad para “respirarle en la nuca” a su gran enemigo. Porqué el bloqueo
económico no produjo la caída del régimen Castrista y porqué la inexplicable tozudez
de los Estados Unidos para mantenerlo es lo que procuraré abordar en este
informe.
De la mano de los
soviéticos, los cubanos copiaron los mecanismos de estos para hacerse a productos
que directamente no podían adquirir. Los rusos, para resolver sus propios
problemas de una moneda no transable y hacerse a dólares para pagar sus
necesitadas importaciones, crearon
empresas fuera de la Unión Soviética para adquirir tecnología y productos y
comercializarlos. Estas empresas fueron constituidas en varios países europeos
pero notoriamente en Italia por la cercanía ideológica con políticos italianos
con gran influencia en este país. Esta estrategia ayudó a los cubanos a adquirir buena parte de
los productos con componentes norteamericanos (lo que estaba prohibido por el
bloqueo) o productos sustitutos aceptables para la economía cubana. Al mismo
tiempo, muchos productos cubanos llegaban al mercado mundial a través de esas
comercializadoras (la típica triangulación en el comercio exterior). Como
asesores de los cubanos, los rusos siempre han sido grandes negociadores, una
habilidad que nunca pudo acabar el sistema socialista. Se reservaron siempre
las negociaciones de petróleo y gas (que no está haciendo Venezuela, por
ejemplo) dos de los llamados “bienes duros” por su aporte a los ingresos de la
Unión y que vendían en dólares y no en rublos. Su lenguaje de negocios y su
pragmatismo para plantear que la economía era la economía y no la política era
muy bien utilizado por los negociadores soviéticos. Esto lo sabían Estados Unidos y muchos países capitalistas
como los mismos italianos y franceses que firmaron muchos acuerdos con los
soviéticos para construir plantas para la producción de automóviles (FIAT bajo
las marcas LADA (NIVA) y desarrollar esta industria en los otros países
socialistas (RENAULT como DACIA en Rumania, FIAT POLSKI en Polonia) en un
acuerdo promovido por los soviéticos denominado CAME (Consejo De Ayuda Mutua
Económica), una especie de mercado común socialista que se blindaba modificando
piezas de tales marcas para crear sus propios repuestos y reducir la
dependencia de las casas matrices. Fácil concluir en el excelente apoyo
brindado a los cubanos por los rusos.
EL
AUTOGOL DEL BLOQUEO ECONÓMICO
Los Estados Unidos no solo
no consiguieron tumbar a Fidel y restablecer la democracia en la Isla sino que
convirtió a Cuba en un referente para los países entonces denominados
subdesarrollados, hoy emergentes, con la guía, una vez más, de los soviéticos
interesados en expandir el comunismo en
el mundo. Cuba se convirtió en un ícono revolucionario que promovió movimientos
subversivos en América Latina, los que aún hoy ven a la Habana como un oráculo para
consultar procesos de paz como el que se
adelanta hoy con las FARC. Estados Unidos se hizo un autogol al alentar el
fortalecimiento de una economía tercermundista con amplio arraigo en países con
dificultades económicas y carencias sociales que no creían en el “sueño
americano” y sí en que el socialismo, primer paso al comunismo, ofrecía una
doctrina con alto componente social y mayor equidad por la inexistencia de
élites o capas sociales superiores a las demás, lo cual, 37 años después, se
desvirtuaría con la caída del muro de Berlín.
Desde el punto de vista
económico, la gran afectada fue la población cubana. Terminó Estados Unidos, acogiendo a miles de cubanos
no afectos al poder castrista que llegaron a La Florida y crearon su “Pequeña
Habana” y una especie de gobierno en el exilio que ha producido representantes
en el congreso norteamericano fuertemente opositores al régimen de los Castro
y, en su mayoría afiliados al partido Republicano. Muchos cubanos han logrado
éxito en sus actividades empresariales y en su proselitismo político y son los
mismos que hoy tildan a Obama de traidor
por restablecer relaciones con Cuba, como un primer paso para acabar con el
absurdo bloqueo. Pero Estados Unidos también perdió: Un pequeño ejemplo: El
fortalecimiento del turismo en Cuba lo logró Castro con el apoyo de las cadenas
hoteleras Españolas (Meliá, especialmente) quedándose por fuera las
tradicionales cadenas norteamericanas además de impedir a muchos gringos el disfrute
de Varadero y de aportar al turismo receptivo en la isla como gran emisor que
indudablemente lo es.
OBAMA,
EL GRAN ARTÍFICE
Con la ayuda de Pepe y el
Papa (Mujica, el singular presidente de Uruguay y El Sumo Pontífice) Barack
Obama pudo cristalizar su empeño en la parte final de un proceso que le tomó 18
meses y comunicarlo al mundo el 17 de Diciembre pasado en simultánea con Raúl
Castro, una semana antes de la Navidad; pero este objetivo fue señalado por
Obama como candidato en su primer intento de llegar a la Casa Blanca siete años
atrás. Obama no la ha tenido fácil pero
ha sabido ser audaz, persistente y perseverante para proponer reformas a una
sociedad conservadora que hoy empieza a reconocerle su gestión. Hoy le disputa,
cabeza a cabeza, el primer lugar como productor mundial de petróleo a Arabia
Saudita; benefició a cinco millones de indocumentados, que podrán seguir viviendo
y trabajando en ese país sin el fantasma
de la deportación y está moviendo una economía que crece al 4.6% después de la crisis del 2008, mientras los europeos y la
misma Rusia y Japón siguen sin levantar cabeza China es hoy una incógnita y su ritmo de
crecimiento (6 a 7%) no promueve un mejor comportamiento de la economía de
muchos países, especialmente los exportadores de commodities.
Estoy seguro de que solo
Barack Obama podía tomar semejante decisión. Aunque nació en Hawai y de madre
Norteamericana, después del divorcio de sus padres vivió en Asia como cualquier
hijo de vecino. Su sensibilidad, entonces, es mayor que la de un gringo pues ha
padecido las carencias de la marginalidad. Por eso su “Obama care”, por eso su
tratamiento a los indocumentados; por eso la recuperación económica con
inyecciones a la economía sin antecedentes (85.000 millones de dólares/día que
hoy, por los resultados, se está desmontando y por lo que lo acusaron de
comunista al estatizar empresas íconos del capitalismo que cayeron en desgracia
por corrupción y malos manejos.
LO
QUE VIENE
Es entendible la posición
de los cubanos en el exilio pues muchos de ellos vivieron enormes carencias a
un elevado costo; pero el reloj del tiempo no regresa. Lamentable lo sucedido pero hay que mirar
hacia adelante. Los que no lograron salir, tendrán otra oportunidad que no la tendrán
los que fueron devorados por el mar en su intento por alcanzar La Florida y la
libertad. Muchos de los que aún están en la Isla, familiares de los que se
fueron, tienen frente a sí otro panorama gracias a esta decisión de Obama. Para
las empresas norteamericanas, el mercado se amplía y, de frente, sin
subterfugios podrán atender un mercado que, aunque pequeño en términos gringos,
no deja de ser interesante en las dos vías. Igual ocurrió en Rusia con el fin
del comunismo. Se instalaron en la calle Kalinin, en Moscú y alrededor de la
Plaza Roja, las grandes tiendas de marcas mundialmente conocidas. Hoy rusos
compran equipos de fútbol y aparecen al lado de grandes estrellas. Putin, que
se muestra siempre como un galán, conquistador, cazador, hábil piloto, marino y
tantas cosas, además del mandamás de Rusia, está hoy en desgracia por cuenta de
una economía en crisis, con un rublo devaluado y en permanente picada. Es
probable que, en menor escala, Cuba entre a la sociedad de consumo que ya
conoce gracias a sus hijos de Miami, pero que puede modernizar y aplicar en
todas sus actividades. Regresarán los hoteles gringos a las playas cubanas y
tal vez vuelva la actividad nocturna de los grandes grilles y cabarets. No la
prostitución que nunca se fue de la isla, como tampoco de la vida moscovita
manejada, en ambos países, por la corrupción enquistada en los hoteles para
extranjeros y cobrando en dólares o en euros.
No esperemos cambios en la
política ni en el poder, como tampoco se presentaron en Rusia ni en China.
Acudamos a las famosas frases de Deng Tsiao Ping, el arquitecto de la nueva
China: “Un país, dos culturas” y “no importa que el gato sea blanco o negro con
tal de que cace ratones”. En ellas está resumida mi visión sobre lo que pasará
en la isla en materia política.
Germán Palomo García