viernes, 16 de octubre de 2015

NO POR MADRUGAR…

NO POR MADRUGAR…
Germán Palomo García
El acuerdo entre el gobierno colombiano y las FARC, ampliamente publicitado la semana pasada como un gran avance en el proceso de paz por tratarse de una aceptación sobre la justicia que se aplicará una vez se firme el documento definitivo ahora resulta que no se sabe qué se firmó. Los voceros hablaron de 10 puntos y hoy se sabe que el acuerdo contiene 50 puntos. ¿Por qué no se mostró todo el texto evitando de paso conjeturas y malos entendidos? Al parecer, ni las mismas partes conocían todo el documento, o peor, no estaba totalmente definido. ¿Por qué, entonces se divulgó presurosamente? ¿Por el Papa? ¿Por la reunión de las Naciones Unidas como excelente escenario para decirle al mundo que el proceso era una realidad? El resultado: Confusión, duda y una situación más endeble que antes porque lo que se acuerde definitivamente puede ser totalmente diferente a los puntos socializados. Por ahora, las FARC insisten en que no pagarán ni un día de cárcel, es más, ni siquiera en una sede distinta a una cárcel. ¿Entonces, Qué se acordó?  Definitivamente, ganan de nuevo los dichos populares: “No por madrugar amanece más temprano”.

Ojalá se cierre el proceso favorablemente, como lo espera la mayoría. Lo ocurrido poco o nada ayuda a esto porque el escepticismo sigue igual o mayor cuando hoy lo que debe enviarse a los colombianos es algo más optimista. Tal como lo reconoce el propio gobierno nacional, lograr la paz puede ayudar a incrementar el crecimiento del país en dos puntos del PIB. En el caso del Huila, tan golpeado por la guerrilla por tantos años, el efecto sería de cuatro puntos del PIB por su estructura productiva mayoritariamente constituida por el sector primario y el minero, además del turismo y el transporte, en cuantía superior a su participación en el PIB nacional. Precisamente, en reciente estudio de actualización de la Agenda Interna se consignó en que una de las razones para la continuación de las apuestas productivas era la inminencia del logro de la paz que fortalecería todas las cinco apuestas. Pero, el manejo actual ha generado más incertidumbre cuando lo esperado era lo contrario, que los avances en tres años de conversaciones comunicara más solidez a las decisiones y mostrara la llegada a la meta. O será que “cuando va a amanecer, hay más oscuridad”?

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