NO POR MADRUGAR…
Germán
Palomo García
El
acuerdo entre el gobierno colombiano y las FARC, ampliamente publicitado la
semana pasada como un gran avance en el proceso de paz por tratarse de una
aceptación sobre la justicia que se aplicará una vez se firme el documento
definitivo ahora resulta que no se sabe qué se firmó. Los voceros hablaron de
10 puntos y hoy se sabe que el acuerdo contiene 50 puntos. ¿Por qué no se
mostró todo el texto evitando de paso conjeturas y malos entendidos? Al
parecer, ni las mismas partes conocían todo el documento, o peor, no estaba
totalmente definido. ¿Por qué, entonces se divulgó presurosamente? ¿Por el
Papa? ¿Por la reunión de las Naciones Unidas como excelente escenario para
decirle al mundo que el proceso era una realidad? El resultado: Confusión, duda
y una situación más endeble que antes porque lo que se acuerde definitivamente
puede ser totalmente diferente a los puntos socializados. Por ahora, las FARC
insisten en que no pagarán ni un día de cárcel, es más, ni siquiera en una sede
distinta a una cárcel. ¿Entonces, Qué se acordó? Definitivamente, ganan de nuevo los dichos
populares: “No por madrugar amanece más temprano”.
Ojalá
se cierre el proceso favorablemente, como lo espera la mayoría. Lo ocurrido
poco o nada ayuda a esto porque el escepticismo sigue igual o mayor cuando hoy
lo que debe enviarse a los colombianos es algo más optimista. Tal como lo
reconoce el propio gobierno nacional, lograr la paz puede ayudar a incrementar
el crecimiento del país en dos puntos del PIB. En el caso del Huila, tan
golpeado por la guerrilla por tantos años, el efecto sería de cuatro puntos del
PIB por su estructura productiva mayoritariamente constituida por el sector
primario y el minero, además del turismo y el transporte, en cuantía superior a
su participación en el PIB nacional. Precisamente, en reciente estudio de
actualización de la Agenda Interna se consignó en que una de las razones para
la continuación de las apuestas productivas era la inminencia del logro de la
paz que fortalecería todas las cinco apuestas. Pero, el manejo actual ha
generado más incertidumbre cuando lo esperado era lo contrario, que los avances
en tres años de conversaciones comunicara más solidez a las decisiones y
mostrara la llegada a la meta. O será que “cuando va a amanecer, hay más
oscuridad”?
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