REFLEXIONES SOBRE EL PODER EMPRESARIAL
Germán
Palomo García
Los
planteamientos y comentarios de los últimos días sobre el caso COMFAMILIAR provenientes
del Consejo Gremial del Huila y de la misma institución no arrojan muchas luces
sobre lo que debe ser la solución definitiva para rescatar la imagen de una
importante entidad del Huila. ¿Por qué, casi desde el comienzo de su vida
jurídica, Comfamiliar ha soportado problemas similares a los que hoy afronta?
Recordemos simplemente que el primer gerente de renombre, Alvaro Escobar
Fierro, a menos de un año de haber sido laureado como el Ejecutivo del Año, los
mismos que lo nominaron lo declararon “el ejecutivo del daño”. Luego
posteriores gerentes y consejeros afrontaron problemas similares ya fallados
por la justicia. La raíz del problema está en la forma en que se elige al
Director Administrativo y, de paso, a los consejeros. La tradicional estrategia
de recabar la mayor cantidad posible de poderes se ha hecho con la complacencia
de quienes se apartan de estas inveteradas mañas pero que, por lo mismo,
facilitan su comisión. ¿Por qué no participan los empresarios directamente en
lugar de entrar en la feria de poderes? Es allí donde debe darse “la pelea” por
acabar con estos procedimientos que han existido desde la misma existencia de
la Caja. Entonces, una primera tarea de todos los afiliados a Comfamiliar es no
prestarse a este juego. Según un consejero entrevistado por un programa radial,
menos del 15% de los habilitados para votar lo hacen incluidos los que otorgan
los cuestionados poderes. El grueso de los afiliados no lo hace. ¿Por qué? Es
claro que esta escasa participación, al igual que en las contiendas
electorales, facilita el manejo de grupos de poder que se perpetúan en los
cargos y resultan presas de una
egocéntrica visión gerencial que, a largo plazo, resulta inconveniente desde el
punto de vista institucional. Ejemplos hay en todo el mundo; el último y muy sonado
es el de la FIFA. Esto, en ningún caso, explica los supuestos hechos endilgados
al saliente Director pero sí invita a que la Superintendencia del Subsidio
Familiar reforme este procedimiento definiendo periodo fijo con posibilidad de
prórroga por una sola vez; igual a la forma en que se eligen los consejeros,
incluidos los representantes de los trabajadores que, resulta curioso, son
nombrados por el gobierno nacional. Lo demás, en mi respetuosa opinión, es una
pérdida de tiempo. Ningún consejero renunciará; el Director encargado no puede,
ni hay razón para ello, auto incriminarse y los esfuerzos por superar esta
incómoda situación deben focalizarse en los factores críticos. Racionalidad y
objetividad resultan muy importantes en estos momentos.
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