sábado, 15 de agosto de 2015

REFLEXIONES SOBRE EL PODER EMPRESARIAL

REFLEXIONES SOBRE EL PODER EMPRESARIAL
Germán Palomo García

Los planteamientos y comentarios de los últimos días sobre el caso COMFAMILIAR provenientes del Consejo Gremial del Huila y de la misma institución no arrojan muchas luces sobre lo que debe ser la solución definitiva para rescatar la imagen de una importante entidad del Huila. ¿Por qué, casi desde el comienzo de su vida jurídica, Comfamiliar ha soportado problemas similares a los que hoy afronta? Recordemos simplemente que el primer gerente de renombre, Alvaro Escobar Fierro, a menos de un año de haber sido laureado como el Ejecutivo del Año, los mismos que lo nominaron lo declararon “el ejecutivo del daño”. Luego posteriores gerentes y consejeros afrontaron problemas similares ya fallados por la justicia. La raíz del problema está en la forma en que se elige al Director Administrativo y, de paso, a los consejeros. La tradicional estrategia de recabar la mayor cantidad posible de poderes se ha hecho con la complacencia de quienes se apartan de estas inveteradas mañas pero que, por lo mismo, facilitan su comisión. ¿Por qué no participan los empresarios directamente en lugar de entrar en la feria de poderes? Es allí donde debe darse “la pelea” por acabar con estos procedimientos que han existido desde la misma existencia de la Caja. Entonces, una primera tarea de todos los afiliados a Comfamiliar es no prestarse a este juego. Según un consejero entrevistado por un programa radial, menos del 15% de los habilitados para votar lo hacen incluidos los que otorgan los cuestionados poderes. El grueso de los afiliados no lo hace. ¿Por qué? Es claro que esta escasa participación, al igual que en las contiendas electorales, facilita el manejo de grupos de poder que se perpetúan en los cargos y  resultan presas de una egocéntrica visión gerencial que, a largo plazo, resulta inconveniente desde el punto de vista institucional. Ejemplos hay en todo el mundo; el último y muy sonado es el de la FIFA. Esto, en ningún caso, explica los supuestos hechos endilgados al saliente Director pero sí invita a que la Superintendencia del Subsidio Familiar reforme este procedimiento definiendo periodo fijo con posibilidad de prórroga por una sola vez; igual a la forma en que se eligen los consejeros, incluidos los representantes de los trabajadores que, resulta curioso, son nombrados por el gobierno nacional. Lo demás, en mi respetuosa opinión, es una pérdida de tiempo. Ningún consejero renunciará; el Director encargado no puede, ni hay razón para ello, auto incriminarse y los esfuerzos por superar esta incómoda situación deben focalizarse en los factores críticos. Racionalidad y objetividad resultan muy importantes en estos momentos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

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