sábado, 7 de junio de 2014

LA CORRUPCIÓN MATA A LOS NIÑOS Germán Palomo García

LA CORRUPCIÓN MATA A LOS NIÑOS
Germán Palomo García

Treinta y tres niños, anónimos como millones de niños en Colombia que aparecen solo cuando son víctimas inocentes de algún estúpido pero apoyado, por acción u omisión, por una corrupción implacable que hace presencia en muchos trámites que involucran a oficinas públicas en todo el país, se convirtieron en héroes porque murieron incinerados en el vehículo que los transportaba entre su casa y la iglesia que no cumplía ninguna de las exigencias que supuestamente eran materia de rigurosa revisión por las autoridades de tránsito de Fundación (Magdalena), pero que operaba sin ningún problema gracias a la corrupción. Si algo faltaba para demostrar que los niños no son una prioridad en nuestro país, esta terrible tragedia se encargó de ello. Con este esperpento, toda la institucionalidad en favor de la niñez ha quedado cuestionada y millones de niños colombianos siguen desprotegidos en muchas de sus rutinarias actividades.
Así como nadie se acuerda hoy de Omaira, la niña que tuvo una lenta e inevitable agonía en la tragedia de Armero (otro desastre anunciado por estudios que el gobierno conoció con suficiente anterioridad pero que nada hizo para evitarlo) y que en su momento el presidente de entonces, Belisario Betancur, la llamó “nuestra querida Omaira” las 33 nuevas Omairas están pasando rápidamente al olvido. En apenas 15 días nada se volvió a decir del caso, salvo la supuesta condena a los autores. Mientras, en la calle siguen circulando miles de vehículos y conductores que hace rato debieron dejar de hacerlo pero que la corrupción los mantiene como amenazas para el futuro del país que son los niños de hoy. Pero no importa, eso no es prioritario y deja réditos a quienes viven de estos favores.
No podemos permitir que las elecciones (los candidatos nada importante dijeron distinto a lamentar el hecho), el triunfo de Nairo en el Giro de Italia y el próximo mundial de fútbol sepulten lo ocurrido a estos niños ya no por ellos sino por los millones que quedan expuestos a tantos riesgos (prostitución, explotación laboral y pésimos servicios para ellos) y ahora, indirectamente, también a una corrupción rampante que nada bueno les traerá.  

No hay comentarios: