OTRA LECCIÓN EMPRESARIAL Germán Palomo García
OTRA
LECCIÓN EMPRESARIAL
Germán Palomo García
El cambiante mundo
empresarial cada vez lanza mensajes que en el mediano y largo plazo pierden
validez y exigen a los empresarios un olfato más agudo para mirar un poco más
allá de los hechos que los sustentan. El ejemplo más claro de esta realidad es
el negocio del cine. En la década de los ochenta se aseguraba el fin de los
salas de cine como recintos de entretenimiento por la llegada del video – casete
mejorado (pasó del betamax al VHS) con lo cual se facilitaba que los cineastas
no se desplazaran a los teatros (así se les decía y muchos los siguen llamando
tal) pues a nadie se le ocurriría salir de casa para ver sus películas
favoritas o las más taquilleras. Así las cosas, nadie dudaba de la “muerte del
negocio del cine tradicional”. Como prueba de esto, muchos teatros cerraron
puertas no solo en Bogotá sino en muchas ciudades del país independiente de su
tamaño. Aquí en Neiva presenciamos el cierre del Cinema La Gaitana y el Teatro
Pigoanza para citar unos pocos de reciente data pues mucho antes se habían
cerrado el Variedades, el Cincuentenario, el Bolívar seguramente por otras
causas diferentes a las que comento. A pesar de esta incuestionable realidad,
algunos se quedaron como Cine Colombia una de las grandes empresas del sector
con la capacidad de aguantar los chaparrones y las dificultades. Pero no solo
por el aguante sino porque vieron que la innovación generada en las
proyecciones de las películas también tenía final: Primero se cayó la gigante
norteamericana Blockbuster, el avance en internet trajo consigo otras
innovaciones que, increíblemente, han revivido el negocio de los cinemas pero
completamente renovado: Salas más pequeñas, ubicación en centros comerciales, mejor
distribución de las películas para garantizar la posibilidad de ver las
recientes ganadoras de los premios Oscar y una combinación de negocios como la
venta de comestibles que han modificado el producto final. Hoy, según la
revista Dinero de Septiembre pasado se llegará a la cifra de 44 millones de
espectadores/año y nuevos competidores han aparecido y de origen extranjero. Pero no ha sido por azar sino por grandes inversiones que es lo que aquí no
queremos entender. Conclusión: Los negocios no se acaban. Los acabamos nosotros
por miopía empresarial y tacañería.
1 comentario:
Borracho no vale
asique me encuentro bien cuerdo para
decirte que me resulto muy util leer
tu leccion
Te aprecio
Con afecto
prof. Mario Hector Vogel
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