miércoles, 27 de noviembre de 2013

OTRA LECCIÓN EMPRESARIAL Germán Palomo García

OTRA LECCIÓN EMPRESARIAL
Germán Palomo García

El cambiante mundo empresarial cada vez lanza mensajes que en el mediano y largo plazo pierden validez y exigen a los empresarios un olfato más agudo para mirar un poco más allá de los hechos que los sustentan. El ejemplo más claro de esta realidad es el negocio del cine. En la década de los ochenta se aseguraba el fin de los salas de cine como recintos de entretenimiento por la llegada del video – casete mejorado (pasó del betamax al VHS) con lo cual se facilitaba que los cineastas no se desplazaran a los teatros (así se les decía y muchos los siguen llamando tal) pues a nadie se le ocurriría salir de casa para ver sus películas favoritas o las más taquilleras. Así las cosas, nadie dudaba de la “muerte del negocio del cine tradicional”. Como prueba de esto, muchos teatros cerraron puertas no solo en Bogotá sino en muchas ciudades del país independiente de su tamaño. Aquí en Neiva presenciamos el cierre del Cinema La Gaitana y el Teatro Pigoanza para citar unos pocos de reciente data pues mucho antes se habían cerrado el Variedades, el Cincuentenario, el Bolívar seguramente por otras causas diferentes a las que comento. A pesar de esta incuestionable realidad, algunos se quedaron como Cine Colombia una de las grandes empresas del sector con la capacidad de aguantar los chaparrones y las dificultades. Pero no solo por el aguante sino porque vieron que la innovación generada en las proyecciones de las películas también tenía final: Primero se cayó la gigante norteamericana Blockbuster, el avance en internet trajo consigo otras innovaciones que, increíblemente, han revivido el negocio de los cinemas pero completamente renovado: Salas más pequeñas, ubicación en centros comerciales, mejor distribución de las películas para garantizar la posibilidad de ver las recientes ganadoras de los premios Oscar y una combinación de negocios como la venta de comestibles que han modificado el producto final. Hoy, según la revista Dinero de Septiembre pasado se llegará a la cifra de 44 millones de espectadores/año y nuevos competidores han aparecido y de origen extranjero. Pero no ha sido por azar sino por grandes inversiones que es lo que aquí no queremos entender. Conclusión: Los negocios no se acaban. Los acabamos nosotros por miopía empresarial y tacañería.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Borracho no vale

asique me encuentro bien cuerdo para
decirte que me resulto muy util leer
tu leccion

Te aprecio

Con afecto

prof. Mario Hector Vogel