lunes, 25 de octubre de 2010

OTRA VEZ LAS REGALÍAS

Germán Palomo García

Debo volver, a riesgo de convertirme en recurrente en mis ideas, a la reforma a las regalías muy publicitada y fundamentada básicamente en el supuesto despilfarro de las mismas y en la necesidad de generar ahorros para el futuro. Aún no se presenta el proyecto, por lo que me guío únicamente por lo que los ministros de Hacienda y Minas y Energía han filtrado a la prensa, que considero suficiente para convocar a los huilenses y en general a las regiones a hacer causa común para estar muy atentos al proyecto definitivo antes de que este se convierta en Ley de la República, porque lo que han anunciado no es nada prometedor.
Mientras hoy los departamentos y municipios petroleros reciben 80% de las regalías pactadas por la Nación con las compañías explotadoras de petróleo, gas, carbón, oro, etc., después de la reforma recibirán el 20% en forma directa y el 80% para un llamado “Fondo de Compensación Regional”. Sin embargo, el ministro de Minas y Energía asegura que los entes territoriales no perderán lo que en los últimos tres años, en promedio, han recibido (aprox. 6.46 billones de pesos, cálculo mío según las cuentas del ministro Rodado). ¿Cómo será posible esto? Seguramente priorizando a favor de los municipios y departamentos petroleros los proyectos que presenten al fondo que se creará con la reforma. Así, los gobernadores y alcaldes perderán autonomía en la inversión de las regalías. Pero, ¿Cómo aprobarán los proyectos? Calificándolos de la misma manera como hoy, de forma subjetiva, se califican las destinaciones de las regalías? Esperaremos a ver como se trata este tema en el proyecto que aún no se presenta.
En segundo lugar, la reforma parte de una estigmatización de las regiones como incapaces de manejar las regalías. Es cierto que, tal como lo mostró El Tiempo el pasado Domingo, hay “sinfonías inconclusas” en muchos departamentos pero, utilizando esos mismos ejemplos, acueductos y alcantarillados sí se pueden financiar con regalías, por lo que no es una mala destinación. Lo es cuando no se destina lo que se requiere o no se planifican las obras correctamente. Porqué sería? ¿Para atender otros rubros, como siempre pasa, y atender clientela? Esto no es corrupción por las regalías sino ineficiencia administrativa por la acostumbrada gestión pública superficial y de corto plazo, pero no por las regalías. Es mucho lo que hay que analizar pero ahora y no cuando nos digan que ya se aprobó el nuevo régimen y no hay nada que hacer. Luego me ocuparé de la participación de los entes no petroleros o no receptores de regalías.

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