LA DINÁMICA FRONTERIZA
Germán
Palomo García
Las
áreas fronterizas en todo el mundo, tienen un comportamiento propio. Los
recientes lamentables hechos en la frontera con Venezuela son producto de
equivocadas directrices de lado y lado. No puede desconocerse que el
contrabando se da silvestre por los diferenciales de precios entre las ciudades
fronterizas. Mientras en Cúcuta no es negocio montar estaciones de servicio, la
informalidad en la venta de combustibles procedente de Venezuela hace su agosto.
¿Por qué no se acuerda entre los países vecinos la venta en el lado colombiano
de gasolina venezolana a precios regulados en lugar de vender gasolina
colombiana en Cúcuta a precios alejados de los internacionales por razones
impositivas? Así, ambos países ganarían sin afectar sus propios mercados. El
tema no es nuevo. Colombia importa gasolina desde Manaos, Brasil para atender
el mercado del Amazonas. Y no hay problema.
Como
siempre se dice, el dinero no tiene bandera. Tampoco, agrego yo, frontera. Si los
precios en un lado son más favorables, el intermediario encuentra una
oportunidad que transfiere a los consumidores. Y esto no se arregla cerrando la
frontera. Por el contrario, atiza el contrabando que es lo que ha pasado con
los productos venezolanos. Siguen pasando a Colombia pero más caros. El propio
ministro de Hacienda Cárdenas puso el ejemplo de la leche en polvo: Cuesta 30
centavos de dólar en Venezuela pero tres dólares en Cúcuta. ¿Cómo evitarlo?
Situación
contraria está ocurriendo en la frontera con Ecuador. Correa está preocupado
porque los dólares que tanto necesita por la reducción de los precios del
petróleo se están quedando en Ipiales porque nuestros productos están baratos
para los ecuatorianos por la devaluación del peso del 60% en año completo. La
razón es que la economía ecuatoriana está dolarizada y un dólar alto encarece
los productos ecuatorianos generando una complicada situación económica en los
renglones afectados como los electrodomésticos. Si el criterio es el mismo de
Maduro, ¿se cerrará la frontera en Ipiales o Lago Agrio?
La
carestía en Venezuela o la dolarización en Ecuador han puesto la mira en la
frontera pensando en que la solución está allí. Grave error. Y más grave aún
que se pretenda acusar a los colombianos, que Venezuela por muchos años aceptó
como inmigrantes ilegales, de paramilitares y prostitutas y culpables de las
desgracias Chavistas. El problema para nosotros es que Colombia ¡hasta ahora se
da cuenta de que tiene frontera de 2000 Kilómetros con Venezuela!
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