viernes, 18 de septiembre de 2015

EPIDEMIA INVASIVA

EPIDEMIA INVASIVA
Germán Palomo García
El mundo está hecho un caos. Lo que ya nos resultaba rutinario con la llegada a costas italianas en barcazas repletas de miles de desplazados forzados por la guerra, el hambre o la búsqueda de un futuro distinto al que les ofrece su entorno cercano,  desde hace un mes el panorama se ha multiplicado no solo en número de inmigrantes sino en la procedencia (Siria, de algunos países de Europa del Este y, por supuesto de África) en diferentes medios de transporte: tren, camiones y por diferentes rutas: Austria, Hungría y por ahí derecho a Alemania; ni la complicada Grecia y Chipre se escapan a la horda de migrantes que en número superior a 200.000 están forzando a La Unión Europea a acoger, de manera proporcional previa definición de cuotas, a estos invasores que han generado un nuevo gran problema a la ya complicada Europa.
Hay que decir que las antiguas colonias europeas parecen cobrar, con mayor fuerza, los años de constreñimiento económico pero también, la geopolítica reciente generada por el fin del comunismo y el reacomodamiento de sus modelos socio económicos no está logrando comprensión en la población de estos países sobre el necesario largo plazo que exigen decisiones de esta magnitud. Sin embargo, la lección más grande es que nadie está dispuesto a seguir alimentando la tremenda desigualdad e inequidad recientemente destacada por Piketty en su afamado libro “El Capital en el Siglo XXI” y fuerza a decisiones más rápidas y menos técnicas así el problema simplemente se desplace.

Sin embargo, no podemos ver el problema tan lejano a nosotros. Hace poco desplazados y campesinos se tomaron el ministerio de Agricultura pidiendo cumplimiento de promesas. La semana pasada, otro grupo de desplazados se tomó el puente aéreo en Bogotá forzando soluciones a dineros ofrecidos no recibidos. Guardadas proporciones, la motivación es muy similar: Desespero, afugias y  búsqueda de soluciones rápidas con un enfoque estrictamente personal. Esta realidad rompe cualquier esquema económico, social y fiscal. Este último es el que menos margen de maniobra tiene no solo por la limitada disponibilidad de recursos (Grecia, España y Colombia son buen ejemplo de ello) sino porque no puede disponer de los mismos sin afectar otros programas y generar más problemas. ¡Bonito dilema!

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