miércoles, 7 de enero de 2015

INFORME ESPECIAL EEUU - CUBA

RELACIONES EEUU CUBA: PRIMER PASO PARA PONER FIN AL BLOQUEO ECONÓMICO.-
55 años se tardó Estados Unidos para entender que el bloqueo económico a Cuba nunca sería un éxito como mecanismo de presión para obligar al régimen Castrista a doblar la cabeza y menos para derrocarlo. Su eliminación, cuyo primer paso fue dado por Raúl Castro y Barack Obama, se convirtió en un regalazo de navidad para el mundo siendo la noticia del año 2014 que acaba de fenecer. El Economista Germán Palomo García, quien como Cónsul de Colombia en Moscú conoció de cerca el modelo de negociación de la antigua Unión Soviética y antes como ejecutivo de una multinacional norteamericana padeció las limitaciones del bloqueo a Cuba, analiza lo ocurrido y lo que vendrá después de esta histórica decisión.
EL SOPORTE DE LA URSS A CUBA
A juzgar por las declaraciones iniciales de Fidel Castro en las Naciones Unidas (¡No soy comunista…!) la obtusa posición de los gringos lo llevó a los brazos de la desaparecida Unión Soviética que vio en esta decisión una gran oportunidad para “respirarle en la nuca” a su gran enemigo. Porqué el bloqueo económico no produjo la caída del régimen Castrista y porqué la inexplicable tozudez de los Estados Unidos para mantenerlo es lo que procuraré abordar en este informe.
De la mano de los soviéticos, los cubanos copiaron los mecanismos de estos para hacerse a productos que directamente no podían adquirir. Los rusos, para resolver sus propios problemas de una moneda no transable y hacerse a dólares para pagar sus necesitadas importaciones,  crearon empresas fuera de la Unión Soviética para adquirir tecnología y productos y comercializarlos. Estas empresas fueron constituidas en varios países europeos pero notoriamente en Italia por la cercanía ideológica con políticos italianos con gran influencia en este país. Esta estrategia  ayudó a los cubanos a adquirir buena parte de los productos con componentes norteamericanos (lo que estaba prohibido por el bloqueo) o productos sustitutos aceptables para la economía cubana. Al mismo tiempo, muchos productos cubanos llegaban al mercado mundial a través de esas comercializadoras (la típica triangulación en el comercio exterior). Como asesores de los cubanos, los rusos siempre han sido grandes negociadores, una habilidad que nunca pudo acabar el sistema socialista. Se reservaron siempre las negociaciones de petróleo y gas (que no está haciendo Venezuela, por ejemplo) dos de los llamados “bienes duros” por su aporte a los ingresos de la Unión y que vendían en dólares y no en rublos. Su lenguaje de negocios y su pragmatismo para plantear que la economía era la economía y no la política era muy bien utilizado por los negociadores soviéticos. Esto lo sabían  Estados Unidos y muchos países capitalistas como los mismos italianos y franceses que firmaron muchos acuerdos con los soviéticos para construir plantas para la producción de automóviles (FIAT bajo las marcas LADA (NIVA) y desarrollar esta industria en los otros países socialistas (RENAULT como DACIA en Rumania, FIAT POLSKI en Polonia) en un acuerdo promovido por los soviéticos denominado CAME (Consejo De Ayuda Mutua Económica), una especie de mercado común socialista que se blindaba modificando piezas de tales marcas para crear sus propios repuestos y reducir la dependencia de las casas matrices. Fácil concluir en el excelente apoyo brindado a los cubanos por los rusos.
EL AUTOGOL DEL BLOQUEO ECONÓMICO
Los Estados Unidos no solo no consiguieron tumbar a Fidel y restablecer la democracia en la Isla sino que convirtió a Cuba en un referente para los países entonces denominados subdesarrollados, hoy emergentes, con la guía, una vez más, de los soviéticos interesados en  expandir el comunismo en el mundo. Cuba se convirtió en un ícono revolucionario que promovió movimientos subversivos en América Latina, los que aún hoy ven a la Habana como un oráculo para consultar  procesos de paz como el que se adelanta hoy con las FARC. Estados Unidos se hizo un autogol al alentar el fortalecimiento de una economía tercermundista con amplio arraigo en países con dificultades económicas y carencias sociales que no creían en el “sueño americano” y sí en que el socialismo, primer paso al comunismo, ofrecía una doctrina con alto componente social y mayor equidad por la inexistencia de élites o capas sociales superiores a las demás, lo cual, 37 años después, se desvirtuaría con la caída del muro de Berlín.
Desde el punto de vista económico, la gran afectada fue la población cubana.  Terminó Estados Unidos, acogiendo a miles de cubanos no afectos al poder castrista que llegaron a La Florida y crearon su “Pequeña Habana” y una especie de gobierno en el exilio que ha producido representantes en el congreso norteamericano fuertemente opositores al régimen de los Castro y, en su mayoría afiliados al partido Republicano. Muchos cubanos han logrado éxito en sus actividades empresariales y en su proselitismo político y son los mismos que  hoy tildan a Obama de traidor por restablecer relaciones con Cuba, como un primer paso para acabar con el absurdo bloqueo. Pero Estados Unidos también perdió: Un pequeño ejemplo: El fortalecimiento del turismo en Cuba lo logró Castro con el apoyo de las cadenas hoteleras Españolas (Meliá, especialmente) quedándose por fuera las tradicionales cadenas norteamericanas además de impedir a muchos gringos el disfrute de Varadero y de aportar al turismo receptivo en la isla como gran emisor que indudablemente lo es.
OBAMA, EL GRAN ARTÍFICE
Con la ayuda de Pepe y el Papa (Mujica, el singular presidente de Uruguay y El Sumo Pontífice) Barack Obama pudo cristalizar su empeño en la parte final de un proceso que le tomó 18 meses y comunicarlo al mundo el 17 de Diciembre pasado en simultánea con Raúl Castro, una semana antes de la Navidad; pero este objetivo fue señalado por Obama como candidato en su primer intento de llegar a la Casa Blanca siete años atrás. Obama no la ha tenido fácil  pero ha sabido ser audaz, persistente y perseverante para proponer reformas a una sociedad conservadora que hoy empieza a reconocerle su gestión. Hoy le disputa, cabeza a cabeza, el primer lugar como productor mundial de petróleo a Arabia Saudita; benefició a cinco millones de indocumentados, que podrán seguir viviendo y trabajando en ese país  sin el fantasma de la deportación y está moviendo una economía que crece al 4.6% después de la  crisis del 2008, mientras los europeos y la misma Rusia y Japón siguen sin   levantar cabeza  China es hoy una incógnita y su ritmo de crecimiento (6 a 7%) no promueve un mejor comportamiento de la economía de muchos países, especialmente los exportadores de commodities.
Estoy seguro de que solo Barack Obama podía tomar semejante decisión. Aunque nació en Hawai y de madre Norteamericana, después del divorcio de sus padres vivió en Asia como cualquier hijo de vecino. Su sensibilidad, entonces, es mayor que la de un gringo pues ha padecido las carencias de la marginalidad. Por eso su “Obama care”, por eso su tratamiento a los indocumentados; por eso la recuperación económica con inyecciones a la economía sin antecedentes (85.000 millones de dólares/día que hoy, por los resultados, se está desmontando y por lo que lo acusaron de comunista al estatizar empresas íconos del capitalismo que cayeron en desgracia por corrupción y malos manejos.
LO QUE VIENE
Es entendible la posición de los cubanos en el exilio pues muchos de ellos vivieron enormes carencias a un elevado costo; pero el reloj del tiempo no regresa.  Lamentable lo sucedido pero hay que mirar hacia adelante. Los que no lograron salir, tendrán otra oportunidad que no la tendrán los que fueron devorados por el mar en su intento por alcanzar La Florida y la libertad. Muchos de los que aún están en la Isla, familiares de los que se fueron, tienen frente a sí otro panorama gracias a esta decisión de Obama. Para las empresas norteamericanas, el mercado se amplía y, de frente, sin subterfugios podrán atender un mercado que, aunque pequeño en términos gringos, no deja de ser interesante en las dos vías. Igual ocurrió en Rusia con el fin del comunismo. Se instalaron en la calle Kalinin, en Moscú y alrededor de la Plaza Roja, las grandes tiendas de marcas mundialmente conocidas. Hoy rusos compran equipos de fútbol y aparecen al lado de grandes estrellas. Putin, que se muestra siempre como un galán, conquistador, cazador, hábil piloto, marino y tantas cosas, además del mandamás de Rusia, está hoy en desgracia por cuenta de una economía en crisis, con un rublo devaluado y en permanente picada. Es probable que, en menor escala, Cuba entre a la sociedad de consumo que ya conoce gracias a sus hijos de Miami, pero que puede modernizar y aplicar en todas sus actividades. Regresarán los hoteles gringos a las playas cubanas y tal vez vuelva la actividad nocturna de los grandes grilles y cabarets. No la prostitución que nunca se fue de la isla, como tampoco de la vida moscovita manejada, en ambos países, por la corrupción enquistada en los hoteles para extranjeros y cobrando en dólares o en euros.
No esperemos cambios en la política ni en el poder, como tampoco se presentaron en Rusia ni en China. Acudamos a las famosas frases de Deng Tsiao Ping, el arquitecto de la nueva China: “Un país, dos culturas” y “no importa que el gato sea blanco o negro con tal de que cace ratones”. En ellas está resumida mi visión sobre lo que pasará en la isla en materia política.
Germán Palomo García

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