TLC CON COREA Y EL HUILA
Germán
Palomo García
El Congreso Colombiano acaba de aprobar el
Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur, aplazado por la puja entre los
autopartistas nacionales y los agroindustriales. Los primeros porque ven el
este tratado una gran amenaza para los 200.000 empleos que genera la
fabricación de partes para automotores, un renglón industrial que Colombia ha
promovido con éxito pero que aún no está en condiciones de competir con los
coreanos, fabricantes de reconocidas marcas líderes en el mercado automotor
colombiano. Los productores agroindustriales ven en el mercado coreano una
excelente oportunidad para colocar sus productos en un mercado que atiende sus
necesidades alimenticias en un 90% con importaciones.
Puesto en vigencia, representa un reto
inmenso para la agroindustria nacional pues, fuera del café, que no necesita un
TLC para su colocación en el mercado mundial, el cacao, que atraviesa por un
excelente momento por los precios internacionales, el banano y galletería y algunos
enlatados, los otros renglones del sector, incluidos los cárnicos y lácteos,
tienen que mejorar sustancialmente para aprovechar la aprobación de este TLC. Es
lo que ocurre cuando se piensa en que el Huila resulta beneficiado no solo con
este acuerdo de libre comercio sino con la mayoría de los 16 ya firmados por el
gobierno y en vigencia. Si hay un sector realmente beneficiado con los TLC que
tanta controversia han producido es el agroindustrial que, en la Agenda Interna
de Productividad y Competitividad del departamento, es la primera apuesta
productiva estratégica. Afortunadamente tenemos café, cacao y tilapia,
renglones competitivos que deben apurar el ritmo para poder ingresar a estos
mercados. Por volumen, no tendríamos capacidad para atender órdenes
significativas y la transferencia de conocimiento ha sido muy escasa y,
especialmente en cacao, tenemos rendimientos bajos lo que hace que tengamos un
enorme trabajo por realizar. Gracias a la calidad, las opciones son claras pero
las mejoras a introducir son grandes pero hay que lograrlas. En frutales el
trabajo debe ser mayor porque no tenemos capacidad para exportar volúmenes
importantes y la calidad, en términos de cumplir con certificaciones
internacionales, es cuestionable lo que limita seriamente las posibilidades de
exportación. Pero todo esto hay que hacerlo. La oportunidad es ahora y el
mercado nos favorece. ¿Que más debemos esperar?
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