jueves, 27 de noviembre de 2014

COMPETITIVIDAD Y REGALÍAS Germán Palomo García

COMPETITIVIDAD Y REGALÍAS
Germán Palomo García
Hoy, que tanta preocupación mostramos por la posición del departamento en los rankings de competitividad cabe recordar que las regalías petroleras deben orientarse, según el SGR, fundamentalmente a generar una nueva base productiva (y nueva fuente de recursos fiscales, como consecuencia) por la sencilla razón de que aquellas provienen de recursos NO RENOVABLES. Analizando el enunciado del SGR, la reforma a las regalías del 2011, sustentada en el reparto de la mermelada para todos y no para unos cuantos (entes territoriales petroleros), que consigna puntualmente este objetivo y ahora el contenido del proyecto de reforma a las regalías, es decir, al SGR que apenas tiene dos años de operación, encuentro que para su aplicación nada de esto se tiene en cuenta y, por el contrario, la mermelada se ha vuelto una amalgama de muchos proyectos destinados a satisfacer  necesidades básicas alejadas de las tareas para construir una nueva base productiva. Así, se ha revivido la restricción del anterior régimen que obligaba a la inversión de, mínimo, el 60% de ellas a las llamadas coberturas básicas, sin ningún análisis de impacto (por ejemplo, mejorar los servicios básicos para promover la piscicultura). Hoy se tiene el 90% para esto (descontado el 10% de las regalías para el fondo de Ciencia y Tecnología que, a juzgar por la naturaleza de algunos proyectos aprobados por Colciencias no le apuntan a CyT). Como la mermelada debe alcanzar para todos, es mayor la irrigación de recursos para muchos rubros de inversión por lo que no se vislumbra un efecto positivo de las regalías en el propósito clave para mejorar los niveles de desempeño del aparato productivo ofreciendo una mejor infraestructura o contribuyendo al logro de la sostenibilidad ambiental, para citar algunas necesidades en competitividad.

Además de la preocupación por la clasificación del Huila en los registros de competitividad, hay que agregar que el mercado petrolero mundial está cambiando enormemente. La baja en picada de los precios así lo indica y, para el caso colombiano, que incluye al Huila, por supuesto, ya se está acercando al límite de precios aceptable. Entonces, cuando se cumpla la destorcida, qué argumentos vamos a exhibir para explicar que, sin regalías, ya no tenemos las mismas posibilidades del desarrollo. ¿No es mejor aplicar la máxima de “si están cortando la barba del vecino, pon la tuya en remojo? 

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