ABELARDO
VEGA ANDRADE
Germán Palomo García
Desde ayer descansa en su última
morada Abelardo Vega Andrade, un empresario, deportista y huilense entregado a
las causas colectivas como que participó en las principales iniciativas en los
años sesenta y setenta. Hace cuarenta años, en 1972, llegué a la Cámara de
Comercio de Neiva como secretario ejecutivo y Abelardo hacía parte de la Junta
Directiva. Desde allí orientó un proceso de transformación de la entidad en una
organización de promoción y desarrollo junto con Don Fabio Durán Durán, Fabio
Jaramillo y Jesús Oviedo Pérez, entre otros directivos al igual que Gabriel
Calderón Molina como Director del departamento de promoción y desarrollo,
creado precisamente para fortalecer la nueva actividad de la Cámara de
Comercio. Por la misma época, Abelardo promovió la realización de una parada
mundial de sky en la laguna de El Juncal cuando aún no se había construido el
gran complejo de Comfamiliar que hoy vemos. Siempre he utilizado este certamen
promovido por Abelardo hace más de cuarenta años para decir que el embalse de
Betania, una superficie muchas veces mayor que la pequeña laguna de El Juncal,
ha sido desaprovechado como escenario de eventos acuáticos de categoría con la
excepción de un campeonato mundial de aletas realizado hace dos años, si mal no
recuerdo. Esto engrandece la visión de Abelardo Vega como promotor de grandes
cosas, algo común en El, pues hizo parte de la famosa “aplanadora opita”, el
equipo de basquetbol huilense que se paseó victorioso al final de la década del
cincuenta en el siglo pasado no solo en Colombia sino en Suramérica. Todo esto
lo hizo Abelardo sin descuidar su actividad empresarial como gerente de
Transportes Ricarrueda como tampoco a su familia que constituyó hasta ayer su
caro objetivo. Tuve la fortuna de contar con el apoyo de su hija, la economista
Consuelo Vega, como secretaria General de La Contraloría del Huila durante mi
periodo como contralor y luego en muchas otras causas dentro del grupo Jom y la
Sociedad Huilense de Economistas.
Un saludo afectivo y
solidario a toda la familia. A su viuda, a su hermano Alberto, a Esperanza y
Jorge Fernando, a Jairo, Otto y a todos los que constituyen un modelo de
solidaridad y servicio a un departamento al que Abelardo dedicó muchos de sus
esfuerzos. Paz en su tumba.
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