LAS CIFRAS DE LA PAZ Germán Palomo García
LAS
CIFRAS DE LA PAZ
Germán Palomo García
Es indudable que un
periodo de paz como el que ha sido esquivo para nuestro país, traería
condiciones económicas y sociales muy favorables. Así lo demostró EL TIEMPO del
Domingo pasado al mostrar una cantidad de cifras benéficas para la sociedad,
algunas de ellas aplicadas a la generalidad de los países en guerra lo cual le
quita validez a la realidad colombiana. Según Paul Collier, profesor de Oxford,
los países en guerra pierden 2,2 puntos de crecimiento. Mejor decir, con base
en las cifras del informe fuente, que los 3,6 por ciento del PIB que el Estado
dedica a la guerra podrían desviarse a otros frentes particularmente a la
infraestructura, un factor que nos relega en los rankings de competitividad
mundial. Desde las empresas, la reducción de los gastos en seguridad (que la
mayoría dedica entre el 1% y el 5% de las utilidades), las inversiones
obligatorias después de atentados y bombazos podrían reorientarse a otras
actividades generando mayor rentabilidad y mejora valoración en los mercados
bursátiles y hasta reducir los precios de los productos en el mercado. Todo
esto suena bien pero, sin pretender “aguar la fiesta” en estas cuentas de la
lechera no siempre ocurre lo deseado. Basta recordar la decisión tomada por la
administración de Uribe Vélez al unificar los ministerios de justicia y
gobierno, trabajo y salud y otras dependencias como ambiente y vivienda. Esta
disminución burocrática provocaría un ahorro de 42.000 millones de pesos/año
que nunca se produjo en realidad por cuanto tales recursos se trasladaron al
ministerio de la defensa para financiar la guerra con los alzados en armas.
Justificada o no esta destinación, me interesa demostrar que no se pueden garantizar estas cifras. Para el caso
analizado por El Tiempo, aún no se sabe cuál será el arreglo que finalmente nos
lleve a la paz pero sí se advierte que los desmovilizados generarán costos
enormes aún no cuantificados aunque con seguridad, serán por cuenta de nosotros
los contribuyentes. Tampoco se garantiza que el acuerdo con las FARC nos lleve
a una paz total pues los otros grupos como ELN seguirán en contienda al igual
que las BACRIM que son una distorsión de las desmovilizaciones paramilitares.
Al final de cuentas, las cifras suenan bien pero lograrlas y sustentarlas aún
no es posible. Falta mucho para ello.
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