SANTOS
Y LA PROVINCIA A DOS AÑOS DE SU MANDATO
Germán Palomo García
Pululan por estos días las
encuestas sobre la popularidad del Presidente Santos al cumplir sus primeros
dos años de estar al frente del gobierno. Todas confirman su cada vez menor aceptación entre los
colombianos por lo que comúnmente se dice, “la luna de miel” ha terminado. Sin
acudir a las encuestas, hay que decir que lo que se percibe del gobierno Santos
en los entes territoriales es también negativo por cuenta de una de las decisiones
más perjudiciales tomadas por el presidente: La reforma a las regalías. En los
primeros siete meses de este año se ha confirmado que el único interés que le
asistía era nacionalizar las regalías para administrarlas centralizadamente y
no atacar su despilfarro como fue la argumentación siempre. Solo hasta el lunes
pasado apareció un informe de prensa que registraba un giro de 25.000 millones
de pesos a las OCAD creadas para administrar las regalías, mientras en el
ministerio de hacienda se acumulan las regalías que solo en este año sumarán 9
billones de pesos.
En las últimas semanas, para
iniciar las labores de las OCAD regional y departamental del Huila, se han
estructurado los proyectos que se propondrán a estas para financiarlos con
regalías, y que se venían definiendo desde hace rato pero que, por la
inexistencia de la OCAD departamental, estaban a la espera de su integración
por cuenta del gobierno nacional pues, en todos los niveles, la omnipresencia
nacional es evidente y decisoria. No se sabe que futuro tendrán estos proyectos
en las instancias decisorias de nivel superior y como se implementarán en la
realidad.
Otro problema generado por la
vigencia del SGR en provincia es el de la deserción estudiantil pues
desaparecieron los recursos para transporte y alimentación escolar sin que los
alcaldes hayan generado una respuesta local a este problema de gran magnitud
pues implica sacar del sistema educativo a la juventud huilense.
Es obvio que la imagen
del gobierno nacional por cuenta de este caos no es buena. La situación fiscal
de los entes territoriales sacó a flote la alta dependencia de las regalías y
de las otras transferencias del SGP. Las crisis sirven para adoptar otras
decisiones que, en este caso, vale la pena intentar.
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