lunes, 23 de julio de 2012

LA DESTORCIDA Germán Palomo García


LA DESTORCIDA
Germán Palomo García

El término con el que decidí titular este comentario se aplicó siempre a las dificultades que afrontaba el sector cafetero por resultados contrarios a los esperados. Ahora, me temo que el término bien puede aplicarse a los resultados que empiezan a conocerse sobre el comportamiento económico. En efecto, la industria apenas crece aunque distante de los resultados de los trimestres anteriores al primero del presente año. Las ventas, particularmente de vehículos, también se estancó; la agricultura sigue en números rojos y las proyecciones de crecimiento, inicialmente estimadas en 6% para el presente año están alrededor del 5% pero, según varios analistas, hoy puede afirmarse que el ritmo económico está para un resultado de 3% en la presente vigencia. Semejante  panorama se complica por un doble efecto: El primero proveniente de la situación económica mundial, tanto de Europa como de los Estados Unidos que no levanta cabeza. El rescate decidido por la Unión Europea para salvar a España, Portugal, Grecia y la misma Italia (y dicen que pronto Francia también caerá en similar situación) no ha dado los resultados esperados y comenzando esta semana se desplomó la Bolsa de Madrid como prueba de que, lo que no se quiere, se va a tener que hacer: La intervención de la economía española. El otro efecto es interno y tiene relación con los compromisos asumidos por el actual  gobierno para financiar sus programas sociales (con gran componente asistencial) particularmente las cien mil viviendas, la unificación del POS y el rescate del sector salud que está en una verdadera crisis al demostrarse que, además de la gran deuda acumulada en el sector, la diferencia creada entre la UPC del régimen subsidiado con la del régimen contributivo está generando cierre de EPS que no están dispuestas a comprometer sus recursos y otras que ya carecen de estos, tal como lo reconoce el gobierno y promoverá su liquidación. Ya habíamos puesto el interrogante sobre la financiación de estos programas pues se sustentan en el buen comportamiento económico que es precisamente lo que no se está obteniendo. Aquí vale también aplicar una destorcida, revisando los compromisos y ajustándoles de acuerdo con las proyecciones, tal como se hace en épocas difíciles. De esta manera se evitarán mayores dificultades. Aún es tiempo para corregir y hacerlo es una obligación.  

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