miércoles, 23 de febrero de 2011

SIN EL PAN Y SIN EL QUESO

Germán Palomo García

Así quedamos los colombianos a raíz del vencimiento del ATPDEA el pasado lunes 14 de Febrero, sin que se haya aprobado el TLC con dicho país. Ese día era el de San Valentín o día de los enamorados en los Estados Unidos, de gran venta de flores y una excelente oportunidad para nuestros floricultores que, por fortuna, ya habían exportado a sus compradores americanos salvándose esta temporada. Esta situación, que nos deja en el aire, impacta negativamente los esfuerzos por consolidar las exportaciones pues más de 6.000 productos colombianos quedan sujetos a gravámenes de importación en el país del norte lo cual los encarecerá en más de 400 millones de dólares en un año (La tilapia huilense cae en estos productos, lamentablemente). Frena, además, el crecimiento de los envíos al mercado más importante para nosotros que en los últimos meses crecieron por encima del 40%. En realidad, ya nos habíamos salvado más de una vez de caer en este limbo comercial pues el ATPDEA, que es un acuerdo que favorece los productos provenientes de los países que luchan contra el tráfico de drogas al ingresar con cero arancel al mercado norteamericano, había sido renovado en dos ocasiones a la espera de la firma del Tratado de Libre Comercio que hoy está más enredado que “un bulto de anzuelos”. Se pensaba que otra vez sería renovado lo cual no ocurrió con argumentaciones poco convincentes de los gringos de la misma manera como la suerte del TLC está atada a la firma de uno similar con Corea del Sur, un mercado de mucho mayor interés para nuestro vecino pero que no tiene nada que ver con el nuestro. Una vez más, demuestran los gringos que no tienen amigos sino intereses y nosotros nos quedamos defendiendo la firma del tratado precisamente contando el número de muertos que hemos ofrendado por evitar que la coca llegue a ese mercado, en el que no se hace mayor cosa por reducir su consumo.
Una vez más, la solución viene de la diversificación de los mercados así no sea fácil reemplazar el gran mercado del norte. La otra es controlar costos para asumir el cargo adicional de los aranceles. El problema parece no resolverse pronto por lo que la prueba es dura pero hay que afrontarla.

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