sábado, 26 de diciembre de 2009

REGALOS NO GRATOS

De la fría zona nórdica, donde la tradición ubica el hogar de Papá Noel y desde donde sale cargado de regalos para todo el mundo, la humanidad recibió uno no muy grato envuelto en un vergonzoso acuerdo entre 100 países que asistieron a la cumbre sobre el Cambio Climático que por casi tres semanas copó la atención del Planeta que sigue soportando los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero, las sequías, la contaminación de los recursos hídricos, la desertificación, todo ello producido por el ser humano por la aplicación de modelos de producción no sostenibles. Por encima de ella los mandatarios, particularmente los de los países desarrollados, dueños de la tecnología y de los mayores mercados en prácticamente todos los renglones, mantuvieron su posición de no aceptar compromisos concretos expresados en cifras de reducción gradual de las emisiones como tampoco algún control sobre sus modelos productivos, lo cual prácticamente relega el concepto de sostenibilidad a una interpretación particular por debajo de los intereses de los poderosos. Esta posición ya la había asumido los propios Estados Unidos frente al protocolo de Kyoto que se ha negado a firmar. El gélido acuerdo logrado, que es más una promesa que no se cumplirá, es una clara derrota para Obama quien no pudo estrenar su Nobel de Paz en beneficio de la humanidad, lo cual no es tan grave como lo que representa para la humanidad.
Queda un recurso que dependerá de cada uno de nosotros y es el de promover un comportamiento distinto en nuestro entorno ambiental inmediato. En el caso del Huila tenemos que asumir con decisión modificar nuestros sistemas productivos no amigables con el ambiente, acelerar la reforestación mediante las plantaciones industriales aprovechando la nueva ley de reforestación comercial que acaba con la explotación de los bosques naturales. Así, lograremos un corazón verde. Si los demás habitantes en todas las regiones del mundo hacen lo mismo, la sumatoria nos llevará a lo que en Copenhague no quisieron los “líderes”: Impedir un suicidio colectivo que es el que lentamente estamos construyendo.
Vienen otros regalos no gratos: La carga impositiva que empezó ya con la nueva reforma tributaria que volvió permanente el impuesto al patrimonio. Una vez se defina por Decreto el nuevo salario mínimo que rondará el 3%, si el presidente en plan reeleccionista no decide otra cosa (como los ingresos adicionales ridículos a cada municipio para pequeñas obras con el fin de atacar el desempleo), vendrá la cascada de alzas que anularán el aumento acordado marcando el inicio de la famosa “cuesta de Enero”. Pero seguiremos con la fe del carbonero esperando un Huila mejor que lo será en la medida en que nosotros mismos lo construyamos. ¡Feliz Navidad a todos mis lectores y gracias por dedicar su tiempo a mis escasos aportes!

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