¡EL
CONTRABANDO AÚN VIVE!
Germán Palomo García
Cuando se inició el
derrumbe de las fronteras y la posterior globalización, todos pensamos que el
contrabando se acabaría pues la eliminación de los gravámenes arancelarios y
las demás barreras administrativas o técnicas a las importaciones hacían
innecesario correr el riesgo de introducir mercancías ilegalmente al país. Los
viajes a San Andrés, Panamá, denominados entonces “puertos libres” tan usados
por compradoras nacionales que justificaban el viaje acompañadas de otras para
aprovechar los cupos individuales, se fueron disminuyendo hasta acabarse
finalmente pues los precios que se lograban en estas plazas ya se obtenían en
San Andresito en Bogotá o en el Hueco en Medellín o en cualquier otra plaza con
contrabando “legalizado” pues había pasado todos los retenes. Quedaba como
amenaza, el contrabando en las fronteras, particularmente Venezuela y Ecuador. A
pesar de esto, la realidad es bien distinta y el contrabando ya amenaza a la
economía nacional. Por primera vez, no es la revaluación la que preocupa a los empresarios
sino el contrabando. En Televisión, Mauricio Gómez desde la semana pasada viene
registrando como el contrabando de combustibles y otros bienes de primera
necesidad han postrado la venta de los productos nacionales obligando a cerrar muchos negocios y lanzar a
la calle más desempleados. Las rentas territoriales, según El Tiempo del
domingo pasado, han perdido 148.000 millones de pesos solamente por el
contrabando de cigarrillos procedentes del Paraguay. ¿Por qué se llegó a esta
situación aparentemente contradictoria en tiempos de globalización? Por dos
razones, en mi opinión. Las diferencias en los precios de adquisición en el
exterior son abismales y las cuales difícilmente se lograrán cerrar en los
primeros años de los tratados de libre comercio. Estas diferencias, vale
aclararlo, no provienen solamente de mejoras tecnológicas sino de políticas de
Estado que subsidian a las exportaciones. También del dumping o precios
artificiales por debajo de los reales, estrategia muy vieja en el comercio
exterior y que aún subsiste. La otra razón es la financiación del contrabando
por dineros “non sanctus” administrados directamente por las hoy llamadas
BACRIM o bandas criminales con intereses más allá de la ilegal introducción de
mercancías. Hoy, la eliminación de intereses en el mercado mundial con el
referente de la FED de USA, intensifica el uso de estos dineros.
¡Definitivamente, la economía no es una ciencia exacta pero da soluciones!
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