DERROTA
Y OLVIDO
Germán Palomo García
El estrecho margen entre Maduro y
Capriles en las elecciones del Domingo
pasado en Venezuela (235.000 votos) deja a la revolución bolivariana como la
gran derrotada. A menos de dos meses de fallecido el líder se esfumaron los
votos que hacían una diferencia importante en favor del gobierno y que mostraba
una impresionante oleada roja en toda Venezuela. Esta inesperada reacción de la
oposición permite hacer varias lecturas. La primera, resulta sorprendente que muy
temprano la filosofía chavista de la revolución del siglo XXI haya sufrido un
retroceso. Mucho más cuando la campaña del presidente candidato Maduro utilizó
en exceso la figura de Chávez para recordarle a los electores que su hijo (así
se presentaba), designado como su sucesor por el mismísimo caudillo,
continuaría su gestión bajo las mismas premisas, estrategias y prioridades: Los
pobres. Definitivamente, ningún muerto tiene la razón ni logra que lo sigan.
Por el contrario, los que se han ido transitan por el camino del olvido y con
Chávez se comprueba que más temprano que tarde, eso seremos. La segunda, El
liderazgo no se transmite ni se hereda. Se gana y se ejerce con sus propias
capacidades y habilidades. Maduro no es Chávez como ninguno de los que lo
lloraron el cinco de Marzo y que se mostraban como sus intérpretes y sucesores.
El Chavismo sin Chávez tiene muy poca vida y es probable que esta realidad
lleve a desagradables situaciones en las propias filas chavistas.
Por último, el
asistencialismo que tanto alimentó a Chávez no genera lealtad. Si así fuera,
Maduro habría arrasado. Los barriguistas, los seguidores de estómago, siempre
encontrarán quien los llene. Mientras, la verdadera ayuda que se refleja en una
economía dinámica, con empleo y oportunidades para todos y que vivan como
quieran en condiciones mínimas favorables, se va alejando para una sociedad que
se da cuenta de esto pero que no la escuchan. Para verificar esto, los
venezolanos pronto entenderán como la espiral inflacionaria, la reducción de la
producción petrolera y la escasez de alimentos los va a impactar negativamente.
Y Maduro ya no tendrá el margen que
Chávez tuvo para seguir llenando estómagos. Lecciones para Colombia, sin
ninguna duda!
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