EMPRENDIMIENTOS OPITAS
Germán
Palomo García
Suelo
“descubrir”, en mis viajes al exterior, huilenses que estén realizando
actividades empresariales a distinto nivel y en diferentes renglones que
demuestren que los emprendimientos que vemos aquí en nuestras fronteras de
manera escasa no son una característica del huilense sino un problema del
modelo institucional de acompañamiento a las iniciativas emprendedoras y una
deficiente infraestructura para promover el empresarismo. Acabo de estar en
Buenos Aires, Argentina y en algunas ciudades de Uruguay y encontré un
excelente ejemplo de empuje, visión y decisión de hacer empresa fuera de
nuestra tierra. Wilson Andrés Bravo es un huilense que hace 10 años decidió
probar suerte en Ecuador y en Machala, zona bananera, se dedicó a la venta de
muebles puerta a puerta durante cinco años. Su proveedor de entonces decidió
incursionar en Argentina y Wilson lo acompañó ubicándose en la provincia de
Córdoba. Allí ya lleva cinco años y no solo vende muebles sino que los fabrica.
Creó una planta con 9 empleados, incluidos el y su señora Viviana y con esta
organización ha incrementado su portafolio de productos y ya incluye muebles de
oficina además de la línea hogar. Su expectativa es seguir en Córdoba y,
contrario a lo que han hecho algunos de sus compañeros de aventura que se han
regresado al Ecuador, el ve un futuro prometedor en Córdoba y en general en La
Argentina, donde las cosas no están color de rosa. La inestabilidad del dólar
(sube y sube y hace imposible definir precios), el costo de vida y un bienestar
en duda podrían parecer suficiente para regresar. Pero, de acuerdo con Wilson,
no es la primera vez en cinco años que aparecen estas dificultades y han
aprendido a soportarlas asumiendo estrategias para que su negocio siga
(reajuste de precios cada tres meses, compras en volumen para mejorar capacidad
negociadora, por ejemplo) y ellos continúen en el mercado. Su hija, que nació
en Neiva, se educa en la escuela pública argentina, ya se adapta a su entorno
sin problemas y con su segunda hija Michelle y su esposa Viviana que es a la
vez la contadora de la empresa, son su gran estímulo y apoyo para seguir.
De verdad que
estimula esta gestión de un paisano que escasamente adelantó estudios de secundaria pero que decidió crear
empresa en un entorno desconocido pero que cuando se asumen retos antes que
amenazas es posible alcanzar las metas.
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